ROMA, 13 Jul. (EUROPA PRESS) -
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, expresó hoy en un comunicado su apoyo a la decisión de la Administración Bush de que los presos retenidos en la base Guantánamo (Cuba) se encontrarán amparados por la Convención de Ginebra ya que, en su opinión, este paso estadounidense fortalece la aplicación del derecho internacional.
"El secretario general cree que esta decisión fortalece la aplicación del derecho internacional en línea con la fuerte tradición de Estados Unidos de respetar las libertades civiles", indicó la oficina de Annan.
El máximo responsable de la ONU hizo hincapié en que un "estricto cumplimiento" del derecho internacional humanitario y de los Derechos Humanos "no contradice y socava los esfuerzos contra el terrorismo", sino que son "esenciales" para el éxito de esta política.
Annan "anima" a todos los países a mantener su legislación y prácticas bajo una "constante revisión" con el objetivo de asegurar que estén en conformidad con las leyes internacionales de defensa de los Derechos Humanos, concluyó.
El Gobierno estadounidense manifestó el pasado martes que los presos retenidos en Guantánamo se encontrarán amparados por la Convención de Ginebra, según explicó ante la prensa el portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow, en respuesta a la sentencia que el Tribunal Supremo emitió en contra de la detención de los reos en la base militar.
Snow aseguró que el viraje en la política de la Administración Bush, que se encuentra reflejado en un informe del Pentágono, responde a la sentencia del Supremo que calificó de ilegales los procesos extrajudiciales que el Gobierno creó como respuesta en su lucha contra el terrorismo.
Desde el Departamento de Justicia, se aseguró que el Gobierno cumplirá con los requisitos exigidos por el Tribunal Supremo, aceptando la exigencia de ceñirse a las normas de la Convención de Ginebra en lo que se refiere al trato de los presos retenidos en la base de Estados Unidos en Cuba por su posible relación con el terrorismo islámico.
No obstante, el subsecretario de la Oficina de Asesoramiento Legal del Departamento de Justicia, Steven Bradbury, aclaró en el Senado que la norma "es ambigua y difícil de interpretar (...) y crea un grado de incertidumbre para aquellos que combaten a fin de defender de un ataque terrorista".
Hasta el momento la Administración Bush había mantenido que los detenidos de Guantánamo no estaban protegidos por la Convención de Ginebra, ya que no eran prisioneros de guerra. El portavoz de la Casa Blanca manifestó que pese a que todos los presos habían sido tratados con respeto y de forma humana, era el deseo del Gobierno "hacer lo correcto".