MADRID, 10 Oct. (EUROPA PRESS) -
Más de 8.000 civiles han muerto o han resultado heridos este año como consecuencia de la violencia que aún persiste en Afganistán, según un informe de la ONU que mantiene estas cifras en niveles récord y que recuerda que "no puede haber solución militar a la lucha" en el país asiático.
Entre el 1 de enero y el 30 de septiembre, 2.798 civiles han fallecido y 5.252 han sufrido heridas, unas cifras similares a las del mismo periodo de 2017. Los atentados con bomba siguen siendo la principal causa de daños, seguidos de cerca por la implicación directa en combates: entre ambos suman el 58 por ciento del total.
En cuanto a los responsables, un 65 por ciento de las víctimas corresponden a acciones de grupos insurgentes, mientras que el 22 por ciento se debe a operaciones de las fuerzas afines al Gobierno central, según el informe divulgado este miércoles por la misión de la ONU (UNAMA).
El jefe de esta misión, Tadamichi Yamamoto, ha renovado el compromiso de Naciones Unidas con una resolución "inmediata y pacífica" del conflicto en Afganistán. "Todas las partes pueden y deben hacer todo lo posible para proteger a los civiles, también dando pasos concretos hacia la paz", ha advertido el responsable en un comunicado.
Las autoridades locales temen que la violencia se recrudezca de cara a las elecciones parlamentarias del 20 de octubre. El Gobierno de Afganistán ha subrayado que los comicios son "uno de los pilares de la democracia", después de que los talibán reclamasen su boicot.
