GINEBRA, 23 Jun. (EP/AP) -
La Alta Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, Louise Arbour, expresó hoy su "grave preocupación" por la utilización centros secretos de detención en la guerra contra el terrorismo y advirtió de que los Gobiernos deben atenerse a las leyes en su trato a los prisioneros, lo que incluye la prohibición de la tortura y el derecho a un juicio justo.
"Es vital que, en todas las ocasiones, los Gobiernos se ajusten a la ley en su respuesta al terrorismo", declaró Louise Arbour en su intervención ante el recién creado Consejo de la ONU para los Derechos Humanos.
Arbour expresó su "grave preocupación" por "los informes sobre la existencia de centros secretos de detención en los que los sospechosos permanecen en régimen de incomunicación". "Este tipo de prácticas tiene también un efecto corrosivo en el cumplimiento de la ley y los Derechos Humanos y crea un ambiente propicio para otros abusos", prosiguió.
Arbour adimitió que la magnitud de la amenaza terrorista ha generado un debate sobre si es necesario adaptar la legislación a la nueva realidad, pero insistió en que los Gobiernos deben acatar el Derecho Internacional, prohibiendo todas las formas de tortura y garantizando juicios justos a los detenidos.
"Eludir la ley o inventarse excepciones inapropiadas, como han hecho numerosos Gobiernos, podría conducir a una constante erosión de derechos fundamentales y, en última instancia, a socavar la legitimidad de las propias acciones de los Gobiernos", añadió.
Aunque Estados Unidos no fue mencionado en el discurso, los representantes estadounindeses se dieron por aludidos y respondieron, en boca de su embajador Warren W. Tichenor --quien preside la delegación norteamericana en el Consejo--, que Washington "trata humanamente a los combatienes capturados" y está "absolutamente comprometido" en mantener sus obligación nacional e internacional "de erradicar la tortura el impedir los tratos o castigos crueles, inhumanos o degradantes en todo el mundo".
