GINEBRA 22 Mar. (EP/AP) -
Unos dos millones de personas se vieron obligados a abandonar sus hogares por conflictos o abusos el año pasado pero permanecieron en sus propios países, convirtiéndose así en desplazados internos y sumándose a uno de los grupos más vulnerables y menos atendidos del mundo, según un informe solicitado por la ONU y realizado por el Comité del Refugiado Noruego (NRC) dado a conocer hoy.
Los refugiados que huyen atravesando las fronteras internacionales pueden solicitar protección en virtud del tratado internacional firmado en 1951, pero no existe un sistema de este tipo para las personas desplazadas dentro de sus propios países. Un número desproporcionadamente alto de desplazados internos son sometidos a ataques, violaciones, saqueos y otros abusos de los Derechos Humanos, según el estudio del NRC sobre los desplazados internos en 2005.
De los dos millones de nuevos desplazados del año pasado, cerca de 600.000 perdieron sus casas en Zimbabue después de la campaña del Gobierno contra las zonas de chabolas en las ciudades, según este informe de 83 páginas. Cientos de miles de personas también se vieron desplazadas en 2005 como consecuencia de los conflictos en Colombia, República Democrática del Congo (RDC), Irak y Sudán.
El total de "personas desplazadas internas" a finales del año pasado era de 23,7 millones, menos de los 25,3 millones de 2004, en gran parte debido al regreso de cientos de miles de congoleños. Pero el informe subraya que el total de desplazados internos sigue siendo alarmantemente alto y muchos no reciben ningún tipo de protección de sus gobiernos.
"Un número muy alto de gobiernos no sólo no prestan asistencia adecuada a los desplazados internos en su territorio sino que, lo que es peor, están detrás del desplazamiento deliberado de partes de su población", indicó Elisabeth Rasmussen, que dirige el proyecto del NRC.
Aunque hay casi el doble de desplazados internos en lo mundo que refugiados reconocidos, los países ricos donantes y la ONU todavía no hacen lo suficiente por ellos, denuncia el informe, que advierte de que es necesaria mayor actuación en esta materia. "La comunidad internacional también es la responsable tanto de los esfuerzos insuficientes a nivel político para evitar o poner fin a los conflictos como por el continuado fracaso en establecer una respuesta creíble a las necesidades de uno de los grupos más descuidados del mundo", subrayó Rasmussen.