MADRID, 28 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los opositores sirios que se reunieron este lunes en Damasco se han comprometido a continuar con su "revuelta pacífica por la libertad" hasta que Siria sea un "Estado democrático", según la declaración final que emitieron al término del encuentro, en el que participaron casi 200 personas y que había sido autorizado por el Gobierno.
En esa declaración, recogida por los medios de comunicación, piden a los sirios que apoyen el "movimiento popular pacífico" iniciado hace tres meses contra el régimen de Bashar al Assad y en favor de "la libertad, la democracia y la pluralidad" para conseguir una transición pacífica a un sistema democrático que garantice los derechos y las libertades de todos los ciudadanos.
También han instado al Gobierno a poner fin a las operaciones de seguridad contra los manifestantes y a retirar a las fuerzas de seguridad de las ciudades y pueblos, además de solicitar la creación de un "comité investigador independiente" que analice las circunstancias en que murieron de forma violenta tanto civiles como soldados y policías.
Por otro lado, los opositores han criticado todas las declaraciones que puedan propiciar injerencias extranjeras en Siria y han subrayado que las operaciones de seguridad ordenadas recientemente por el Gobierno han favorecido esas injerencias. En este contexto, han recalcado la importancia de priorizar los intereses de Siria y sus ciudadanos.
LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y DE REUNIÓN
Igualmente, han defendido "el derecho a manifestarse pacíficamente sin necesidad de una aprobación previa", han exigido que se garantice la seguridad de los manifestantes y han reclamado la liberación de todos los "presos políticos y presos de conciencia" y de todas las personas arrestadas durante las recientes protestas "sin excepción".
Los participantes en la reunión también han pedido a los medios de comunicación sirios que "no hagan distinciones entre los ciudadanos" a la hora de informar y permitan que "tanto las figuras leales como las opositoras expresen libremente sus opiniones". Al Gobierno le han solicitado que permita que los medios extranjeros "informen libremente sobre los acontecimientos en Siria".
Por último, en su declaración rechazan cualquier discurso o comportamiento que divida a los sirios por motivos religiosos o étnicos y defienden "la unidad del pueblo sirio". Además, han pedido "que los refugiados y desplazados puedan volver a sus casas" y que "se garantice su seguridad, su dignidad y su derecho a ser indemnizados".
El encuentro de este lunes, el primero de este tipo que se celebra en Siria desde que comenzaron las manifestaciones antigubernamentales, fue organizado y financiado por disidentes independientes que viven en este país.
Sin embargo, no ha recibido mucho apoyo por parte figuras opositoras sirias que residen el extranjero, que consideran que puede dar la falsa imagen de que el Gobierno está dispuesto a dialogar con la oposición y tolerar la disidencia.
En su último discurso, Al Assad incidió en la importancia de entablar un diálogo nacional para superar la crisis política que atraviesa Siria. La agencia de noticias oficial, SANA, precisó este lunes que el Gobierno comenzará el próximo 10 de julio las conversaciones con la oposición para preparar el proceso de diálogo, al que han sido invitados a participar "todos los grupos, intelectuales y políticos".
Ambas partes mantendrán un debate sobre la Constitución, "especialmente sobre la cláusula 8", que estipula que el Partido Baaz es el líder del Estado y la sociedad sirios, según SANA. Muchos líderes opositores han dicho que no participarán en el diálogo mientras se sigan reprimiendo las manifestaciones.
