GAZA 1 Jun. (EP/AP) -
Miles de policías palestinos hicieron hoy disparos al aire y rompieron numerosos cristales de la sede del Parlamento, incrementando los temores de que se registren nuevos disturbios. Los hechos tuvieron lugar en Gaza después de que el Gobierno de Hamás asegurase que aún no puede pagar los salarios de la mayoría de los empleados públicos.
El persistente impago de los sueldos de los funcionarios ha incrementado las tensiones entre Hamás y las fuerzas de seguridad leales al presidente Mahmud Abbas, del rival movimiento Al Fatá.
Ambas partes mantuvieron un "diálogo" durante los últimos días con objeto de resolver sus diferencias. Sin embargo, ante la aproximación de un plazo fijado para el 6 de junio para alcanzar un acuerdo, se han dado pocos avances sobre el terreno.
El Gobierno palestino no ha podido pagar los salarios de sus empleados desde que asumió el poder el pasado marzo, debido a una serie de sanciones internacionales.
El ministro de Finanzas, Omar Abdel Razek, manifestó hoy que el Ejecutivo ha recaudado dinero para pagar a sólo 40.000 empleados con salarios bajos, dejando a más de 100.000 trabajadores --entre ellos muchos agentes de seguridad-- sin sus sueldos por tercer mes consecutivo. A principios de esta semana, el primer ministro, Ismail Haniyeh, prometió abonar la totalidad de los sueldos.
Unos 3.000 policías se unieron a la manifestación de hoy frente al edificio del Parlamento en Gaza, denunciando la incapacidad del Gobierno para pagarles sus remuneraciones.
"Vinimos para expresar nuestro enojo, nuestra protesta, y para enviar un mensaje", declaró Nidal Rajab, un agente de policía de 29 años que tiene tres hijos. "El Gobierno está usando su mano para apuñalarnos por la espalda", agregó.
De las paredes del edificio parlamentario colgaban carteles que rezaban "90 días sin salarios: ¡Basta ya!". Un grupo de nuevos reclutas se agitó durante unos minutos y rompió seis ventanas, además de subir al techo del edificio antes de que las fuerzas de seguridad les desalojaran.
Los manifestantes también pidieron a Hamás que desarme a una milicia privada que colocó recientemente en las calles de Gaza. El grupo islámico sostiene que la fuerza es necesaria para terminar con la violencia y el caos.
Casi un tercio de las familias palestinas dependen del salario que les paga el Gobierno, y la crisis financiera ha afectado ya a toda la población. En la aldea de Jan Yunis, en el sur de Gaza, más de 500 niños formaron una cadena humana y pidieron a los países occidentales que terminen con su boicot contra Hamás. La protesta fue organizada por una organización de caridad local.