El primer ministro reconoce que había sido "reacio" al asalto, pero que éste se produjo debido a la mala seguridad palestina
JERUSALEN, 15 Mar. (EP/AP) -
El primer ministro israelí en funciones, Ehud Olmert, señaló que los seis militantes palestinos capturados ayer en el asalto a la cárcel de Jericó, en Cisjordania, serán acusados y juzgados en Israel.
Israel sostiene que cinco de los hombres tomados en la incursión del Ejército están implicados en el asesinato en 2001 del ministro israelí de Turismo Rehavam Zeevi. El sexto es un hombre de negocios sospechoso de un envío ilegal de armas a la Autoridad Palestina hace varios años. "Serán procesados según la ley israelí y serán castigados como se merecen", declaró hoy Olmert.
Poco antes, expertos jurídicos israelíes advirtieron de que aún había barreras legales que solventar antes de que Israel lleve a juicio a los seis palestinos. Cuatro de ellos ya fueron condenados a penas de entre uno y 18 años de cárcel, por un tribunal palestino en 2002. Saadat nunca fue acusado del asesinato de Zeevi.
Las leyes israelíes prohíben que una persona pueda ser juzgada dos veces por el mismo delito, según el experto jurídico Moshe Negbi. El abogado de Saadat, Daniel Machover (residente en Londres), declaró además en una entrevista telefónica que su cliente nunca ha sido condenado o juzgado por las autoridades palestinas.
A pesar de estas cuestiones legales, Israel pretende mantener en su poder a Saadat y a los otros cinco militantes, declaró la ministra de Asuntos Exteriores, Tzipi Livni, a la radio pública israelí. "No tengo ninguna duda de que estarán con nosotros mucho tiempo", afirmó.
OLMERT, "REACIO" AL ASALTO
Por otra parte, reconoció que había sido "reacio" al asalto de la cárcel de Jericó, pero que la Autoridad Palestina era en última instancia la responsable, en la medida en que no había dado la seguridad necesaria en la prisión. Los militantes palestinos estaban bajo la supervisión de guardias estadounidenses y británicos, según un acuerdo alcanzado en 2002 entre Israel y Estados Unidos.
Los guardias abandonaron la cárcel en la mañana de ayer. Los Gobiernos británico y estadounidense argumentaron su decisión en que ya no se podía garantizar su seguridad. Al respecto, Olmert indicó que la decisión de asaltar la prisión se debió en gran parte a la salida de los guardias.