JERUSALEN, 5 Ene. (EUROPA PRESS) -
La reciente hospitalización del primer ministro Ariel Sharon, en esta ocasión debido a una fuerte hemorragia cerebral, hace difícil que el primer ministro israelí pueda volver al poder, aún en el caso de que logre superar esta crisis y su estado de salud mejore.
A pesar de dicha recuperación, será complicado que Sharon convenza al electorado judío de que se encuentra en situación de gobernar durante cuatro años más tras haber sufrido dos aplopejías en dos semanas y media.
Según informó el diario israelí 'Haaretz', parece que la era en la que Sharon se encontraba al frente del timón de Israel ha llegado este miércoles a su trágico final. Durante las dos últimas semanas, el pueblo israelí ha estado preocupada por el estado de salud de su primer ministro.
Tras ser dado de alta y por prescripción médica, la agenda política de Sharon se vio reducida así como sus apariciones en público y sus reuniones fuera de su oficina. Ayer, Sharon convocó una reunión de seguridad en Ghajar, cerca de la frontera con Líbano, y acudió a una ceremonia en el banco Leumi.
Según testigos en ambos actos su comportamiento fue normal. Posteriormente acudió a descansar a su rancho de Sycamore con el objetivo de prepararse para la intervención cardiaca prevista para hoy.
"Se encontraba perfectamente", indicó uno de sus consejeros, que habló con Sharon horas antes de ser hospitalizado. El empeoramiento de la salud del primer ministro deja a Jerusalén en una delicada situación.
A pesar de que debido a la necesidad de permanecer anestesiado, los poderes de Gobierno han sido transferidos al viceprimerministro Ehud Olmert, el partido en el poder, Kadima, no cuenta con instituciones ni estructura. La lucha por el puesto de primer ministro, que hasta ayer parecía correr a cargo de un sólo hombre, ha quedado ahora abierta.
