GAZA, 9 Dic. (EP/AP) -
Unos 2.500 policías palestinos se manifestaron hoy ante la sede del Parlamento en Gaza para exigir el pago de los salarios, congelados desde la asfixia financiera del Gobierno islamista de Hamás. Además, decenas de padres con sus hijos en brazos irrumpieron en una clínica de Cisjordania para protestar también contra el Gobierno y exigir vacunas para sus hijos.
Los agentes, mayoritariamente partidarios de Al Fatá, el partido del presidente palestino, Mahmud Abbas, dispararon al aire y apartaron a los guardias que vigilaban el edificio, fieles al Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), en el Gobierno.
Los manifestantes acusan a Hamás de pagar a su propia milicia, la autodenominada Fuerza Ejecutiva, y no pagar a los miembros de las fuerzas de seguridad regulares. Uno de los participantes en la protesta increpó a los parlamentarios de Hamás reunidos en el edificio y le preguntó "¿Por qué te ocultas? ¿Por qué ignoras nuestras demandas mientras alimentas a tus milicias y distribuyes el dinero que has traído de fuera en secreto?".
Por otra parte, en Cisjordania, en la ciudad de Yenín, unos 4.000 miembros de las fuerzas de seguridad se manifestaron para presionar en favor del pago de sus salarios.
Además, en la localidad cisjordana de Hebrón decenas de personas con sus hijos irrumpieron en una clínica especializada en maternidad y pediatría para protestar por la huelga de los trabajadores de la sanidad para exigir vacunas para sus hijos. Varios de los manifestantes quemaron neumáticos y bolsas de basura en el exterior de la clínica.
Estos incidentes son el último episodio de la oleada de violencia que sacude los Territorios Palestinos. Las autoridades se enfrentan al bloqueo político y económico ante la falta de entendimiento entre la presidencia de Abbas y el Gobierno islamista, que se opone al reconocimiento del Estado de Israel.
El presidente palestino se reunió hoy con los máximos dirigentes de Al Fatá para discutir la posible destitución del Gobierno de Hamás y la convocatoria de elecciones anticipadas. Sin embargo, algunos dirigentes del partido de Abbas abogan por permitir que el Gobierno de Hamás se hunda sólo en la crisis económica propiciada por el aislamiento de la comunidad internacional, que ha interrumpido las ayudas ante la negativa de los islamistas a renunciar a la violencia y reconocer a Israel.