Arenga al combate contra el "totalitarismo" en Líbano, Siria, Irán y los territorios palestinos
RIGA, 28 Nov. (de la enviada especial de EUROPA PRESS Clara Pinar) -
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, admitió hoy que es necesario revisar la situación en Irak y contempló la posibilidad de "flexibilizar" la postura estadounidense en el país pero aseguró que no ordenará la salida de las tropas hasta que "se haya completado la misión".
"Seguiremos siendo flexibles y haremos los cambios necesarios para tener éxito, pero una cosa que no voy a hacer es poner las tropas fuera del campo de batalla antes de que la misión esté completa", aseveró en Riga un día antes de viajar a Jordania donde el jueves se reunirá con el primer ministro iraquí, Nuri Al-Maliki.
Durante el encuentro, dijo, ambos analizarán "la situación" en Irak y "cómo transferir más responsabilidad a las fuerzas de seguridad y la responsabilidad de los países de la región para que apoyen su estabilidad".
Bush hizo estas declaraciones durante su intervención en una conferencia sobre la transformación de la OTAN que se celebró hoy en Riga, horas antes de que se inaugure la Cumbre de la Alianza Atlántica.
También con respecto a Irak, subrayó el papel que tiene la OTAN en el país --de formación de fuerzas de seguridad y capacitación militar-- y reclamó "contribuciones" a los miembros de la Alianza Atlántica. "Es el momento de que todos los aliados de la OTAN hagan sus contribuciones a la coalición en Irak", afirmó.
Recordó que actualmente la OTAN contribuye con una misión de entrenamiento de unos 3.000 efectivos dentro y fuera de Irak "que formará a una nueva generación de líderes militares". Asimismo, reconoció la labor de la academia militar de la Alianza en Bagdad y los alrededor de 120 millones de dólares que se han donado para equipamiento militar.
TOTALITARISMO
Bush reclamó el apoyo de la OTAN para luchar contra el "totalitarismo" que, igual que en Afganistán y en el resto de Oriente Próximo, asola a Irak. "El extremismo amenaza la libertad, unos son chiíes y otros suníes pero son diferentes caras de la misma amenaza contra la democracia y la libertad en la región, para que sea un campo abierto para conseguir sus fines", afirmó.
Según dijo, "las batallas en Oriente Próximo y Afganistán forman parte de la lucha entre moderación y totalitarismo" y agregó que quienes defienden esta segunda actitud "rechazan las libertades fundamentales" y "tratan de convencer a América y a nuestros aliados de que no podemos derrotarlos y sólo desean la retirada y el abandono de una región entera para que quede sometida a su dominación".
Aseguró que "el mundo contra el que luchamos hoy es un conflicto más que militar, es la lucha ideológica más importante del siglo XXI y en esta lucha no podemos aceptar más que la victoria".
Así, citó caso por caso ejemplos de lo que hacen los extremismos a los que se refirió en distintos países: en Líbano, se refirió al reciente asesinato del ministro de Industria, Pierre Gemayel, por parte de "quienes tratan de desestabilizar la joven democracia".
"Vemos la lucha en Siria, donde el régimen permite al paso de armas a Líbano en apoyo a Hezbola" indicó y añadió que también "vemos la lucha en Irán, donde el régimen reaccionario arresta a sindicalistas y usa los recursos de Irak para extender el terrorismo y buscar armas nucleares".
También ofreció su visión de la situación en los territorios palestinos donde, dijo, "los extremistas trabajan para evitar que los líderes hagan progresos hacia la división de dos estados democráticos, Palestina e Israel, viviendo al lado en paz y seguridad".
Reconoció el "pesimismo" que afecta a "algunos en mi país y aquí en Europa", así como a la población de Oriente Próximo sobre el logro de la paz y, aunque afirmó "entender sus dudas", manifestó que "no las comparto". Por el contrario, señaló que "creo en la universalidad de la libertad" y se mostró convencido de que "el pueblo de Oriente Próximo quiere la libertad".