Pakistán acude a las urnas este miércoles tras una campaña marcada por los atentados y la detención de Sharif

Trabajadores electorales con urnas en Pakistán
REUTERS / FAYAZ AZIZ
   
Actualizado: martes, 24 julio 2018 18:48

La PML-N intentará mantener el poder en medio de las denuncias contra el supuesto apoyo del Ejército al PTI La Comisión de Derechos Humanos de Pakistán duda de que los comicios vayan a ser "libres y justos"

MADRID, 24 Jul. (EUROPA PRESS) -

La población de Pakistán acudirá este miércoles a las urnas para unas disputadas elecciones generales tras una campaña marcada por los atentados contra los actos de varios partidos y el encarcelamiento del ex primer ministro Nawaz Sharif, quien volvió al país el 13 de julio y fue detenido por la condena contra él por corrupción.

Sharif, antiguo líder de la gubernamental Liga Musulmana de Pakistán-Nawaz (PML-N), fue destituido por el Tribunal Supremo en julio de 2017 y se le prohibió el ejercicio de cargo público por ser considerado "deshonesto" al no informar sobre un ingreso mensual de una compañía propiedad de su hijo.

La decisión fue parte de una batería de medidas judiciales que se saldaron con su reciente condena a diez años de cárcel por corrupción por el conocido como 'caso Avenfield' --relacionado con los 'Papeles de Panamá'--, en el que también han sido sentenciados su hija Maryam Sharif y su yerno, Safdar Awan.

Esta situación ha llevado a Sharif y a su sustituto al frente de la PML-N, su hermano Shehbaz Sharif, a acusar al 'establishment' --representado principalmente por el Ejército y los servicios de Inteligencia-- de estar presionando para favorecer las posibilidades del líder del opositor Pakistan Tehrik Insaf (PTI), el exjugador de cricket Imran Jan.

El ex primer ministro, que volvió al cargo en 2013 para un tercer mandato --las otras dos veces dimitió forzado por los militares y tras un golpe de Estado--, mantuvo unas relaciones tirantes con el Ejército por su intento de alejarlo de la política internacional, campo en el que tradicionalmente ha tenido un gran peso en el país.

Las acusaciones de injerencia han sido rechazadas por el Ejército, que ha prometido "no tener un papel directo" en los comicios, si bien ha anunciado un despliegue récord de más de 370.000 efectivos durante el día de la votación.

La cifra contrasta con los cerca de 70.000 militares movilizados en las últimas elecciones de 2013. El portavoz de las Fuerzas Armadas, Asif Ghafur, achacó este incremento a la situación de seguridad en el país.

LA SITUACIÓN DE SEGURIDAD

Pese a que la seguridad general en Pakistán ha mejorado a raíz de las numerosas operaciones antiterroristas lanzadas tras el atentado perpetrado por el grupo Tehrik-i-Taliban Pakistan (TTP) --conocido como los talibán paquistaníes-- contra una escuela militar de Peshawar en diciembre de 2014, suceso que se saldó con la muerte de 145 personas, entre ellas 132 menores de edad, la campaña electoral se ha visto marcada por varios atentados.

El más sangriento de todos fue ejecutado el 13 de julio en la localidad de Mastung, ubicada en la provincia de Balochistán (oeste) y tuvo como objetivo un acto de Siraj Raisani, candidato del partido Balochistan Awami (BAP) y una de las 149 víctimas mortales del ataque, cuya autoría reclamó el grupo yihadista Estado Islámico.

Días antes, al menos 20 personas murieron en un atentado suicida durante un mitin del Partido Nacional Awami (ANP) --un partido izquierdista pashtún opuesto a los talibán--, entre ellos Harun Bilur, candidato a las elecciones del 25 de julio. El ataque fue reclamado por el TTP.

Bilur era hijo del que fuera alto cargo del partido Bashir Ahmed Bilur, quien murió en 2012 cuando un suicida de este mismo grupo se inmoló durante una reunión del partido en Peshawar. El TTP reclamó además la autoría de otro atentado en 2013 durante un acto del partido y destacó que su objetivo era el propio Bilur, que resultó herido.

En un tercer atentado contra actos políticos durante la campaña electoral, otras cuatro personas murieron a causa de la explosión de una bomba al paso de un convoy de la coalición islamista Muttahida Majlis-e-Amal (MMA) en la localidad de Bannu, situada en el noroeste del país.

La jornada del 21 de julio fue también especialmente sangrienta, tras la muerte de Ikramulá Gandapur, un candidato regional del PTI, en un atentado suicida contra su vehículo en Jíber Pajtunjua. Además, 20 personas resultaron heridas en un ataque con granada contra una sede del BAP en Balochistán.

LOS PRINCIPALES CANDIDATOS

La PML-N sigue figurando en los sondeos como uno de los partidos con más posibilidades de hacerse con la victoria en las elecciones, en parte debido al peso con el que cuenta en la provincia de Punyab y también por un aumento a los apoyos según los últimos sondeos debido a lo que se ha percibido como una campaña contra Sharif para desacreditar a la formación.

Frente a este partido se sitúa el PTI, que ha logrado recortar las distancias e incluso ponerse en cabeza según algunas encuestas. El partido de Jan tiene su semillero de votos en Jíber Pajtunjua, y su discurso contra la corrupción ha logrado recabar muchos apoyos en otras provincias --también en Punyab, el bastión de la PML-N--.

En tercer lugar figura el Partido Popular de Pakistán (PPP) --de centro-izquierda, frente a la PML-N y el PTI, ambos de centro-derecha--, encabezado por Bilawal Bhutto, hijo de la ex primera ministra asesinada Benazir Bhutto y del expresidente Asif Alí Zardari. Bhutto, de 29 años, participa en su primera campaña electoral con la esperanza de mantener la plaza de Sindh y dar la sorpresa.

Con menor peso a nivel nacional se encuentran el citado ANP, la MMA --encabezada por Fazl-ur-Rehman, líder del islamista Jamiat-e-Ulema Islam-Fazl (JUI-F)--, el Movimiento Muttahida Qaumi, el Partido Awami de los Trabajadores (AWP) y el Partido Pajtunjua Milli Awami (PakMAP). La mayoría de estos partidos centran sus objetivos en los comicios a las asambleas provinciales.

ESCAÑOS EN DISPUTA

En las elecciones estarán en disputa los 272 escaños de la Asamblea Nacional --148 para Punyab, 61 para Sindh, 39 para Jíber Pajtunjua, 16 para Balochistán, doce para las Áreas Tribales Bajo Administración Federal (FATA) y tres para Islamabad--.

Las FATA e Islamabad son territorios, no provincias, mientras quedan al margen de los comicios Azad Cachemira y Gilgit-Baltistán, en la Cachemira administrada por Pakistán, al ser territorios autónomos.

A ello hay que sumar 60 escaños reservados a mujeres y diez a las minorías --divididos según la proporción obtenida por cada partido en los 272 escaños en disputa-- para completar los 342 escaños que componen la Asamblea Nacional. Un partido ha de obtener al menos 137 escaños para poder formar Gobierno.

En el caso de las asambleas provinciales, la de Punyab cuenta con 371 escaños, la de Sindh con 168, la de Jíber Pajtunjua con 124, y la de Balochistán con 65.

PREOCUPACIÓN POR LA LIMPIEZA DEL PROCESO

En este contexto, la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán (HRCP) ha afirmado que tiene "serias dudas" sobre que los comicios vayan a ser "libres y justos", al tiempo que ha denunciado "presiones" a candidatos para que abandonen determinados partidos, tal y como informó recientemente el diario local 'Dawn'.

El portavoz del organismo, Ibn Abdur Rehman, mostró las "serias reservas" de la HRCP respecto al "uso de tropas dentro de los colegios electorales" y recordó que "en 2013 algunos partidos políticos fueron atacados y los 'favorecidos' no fueron atacados por terroristas".

"Lo mismo está pasando esta vez", lamentó, antes de criticar también la apertura de casos bajo el Acta Antiterrorista contra trabajadores de partidos políticos, lo que ha ocurrido a menos de diez días de las elecciones contra miembros de la PML-N de Sharif.

Por último, Rehman denunció la existencia de informaciones sobre la negativa de algunos periódicos de publicar anuncios de las campañas de algunos candidatos. En este sentido, criticó la censura contra periodistas considerados como partidarios de la PML-N o el PPP o críticos con los estamentos de seguridad.

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