ISLAMABAD, 2 Sep. (EP/AP) -
El Gobierno de Pakistán, dirigido por el presidente Pervez Musharraf, aseguró hoy a través del viceministro de Información, Tariq Azim, que aún está interesado en alcanzar un acuerdo con el Partido Popular de Pakistán (PPP), partido de la depuesta primera ministra Benazir Bhutto, a pesar de que los últimos comentarios de la ex primera ministra han perjudicado las negociaciones.
"Obviamente, los plazos y exigencias (...) fueron los que no ayudaron", afirmó Azim en referencia a las declaraciones de Bhutto en las que emplazaba a Musharraf a fijar una fecha para abandonar la dirección de las Fuerzas Armadas.
"Las conversaciones aún seguirán adelante, pero creo que ella tiene que entender que hay muchos otros factores, que ella no es el único factor que determinará el acuerdo final", añadió.
Azim aseguro que cualquier acuerdo entre Bhutto y el Gobierno deberá también ser ratificado por la Liga Musulmana de Pakistán, el partido que respalda a Musharraf.
El PPP y el Gobierno de Musharraf negocian un acuerdo político que posibilite el regreso de Bhutto, exiliada en Londres, a Pakistán. A cambio, Musharraf apuntalaría su reelección del general a la vez que permitiría a Bhutto presentarse a las elecciones legislativas.
Enviados de Musharraf viajaron ayer a Londres para intentar desbloquear las negociaciones justo cuando el PPP discute internamente la posibilidad de aceptar este acuerdo político con el régimen del militar.
Ayer mismo, Bhutto anunció regresará "muy pronto" a Pakistán pese a que, según reconoció, las conversaciones con los representantes de Musharraf se encuentran estancadas. La ex primera ministra afirmó que es importante que termine su exilio y regrese al país. Bhutto dijo que el próximo 14 de septiembre anunciaría la fecha concreta de su retorno. "Regresaré a Pakistán muy pronto, pero la fecha concreta será anunciada desde suelo de Pakistán", declaró.
Bhutto no ha anunciado aún públicamente ningún compromiso con Musharraf sobre las dos cuestiones clave: la dimisión de Musharraf como comandante del Ejército y su renuncia a la competencia de destituir al Gobierno y disolver el Parlamento.
