ISLAMABAD, Pakistán (EP/AP)
El Tribunal Supremo de Pakistán rechazó ayer los recursos legales presentados por la oposición contra la candidatura del presidente paquistaní, Pervez Musharraf, para su reelección, confirmando así un nuevo mandato para éste y allanando el camino para que cumpla con su promesa de abandonar el cargo de jefe del Ejército.
No obstante, la comisión electoral no podrá anunciar la victoria oficial de Musharraf en las elecciones hasta que el Supremo se pronuncie el jueves sobre otra petición de un hombre cuya candidatura para las elecciones presidenciales del 6 de octubre fue rechazada por dicha comisión.
El nuevo presidente del Supremo, Abdul Hameed Dogar --al que Musharraf designó coincidiendo con el estado de emergencia-- rechazó los tres recursos presentados por la oposición ante la votación presidencial del mes pasado, afirmando que habían sido "retirados" ya que los abogados de la oposición no se presentaron ante el tribunal.
Dogar rechazó la solicitud de aplazamiento por parte de unos de los abogados del partido opositor de Benazir Bhutto, que sugirió que el Tribunal era ilegítimo. "Solicitamos un aplazamiento porque no hay constitución", dijo Bhutto al respecto.
La oposición despreció la decisión del nuevo Tribunal Supremo, diciendo que cualquier decisión tomada por un tribunal sin voces independientes no tiene ninguna credibilidad. Musharraf purgó el tribunal el 3 de noviembre cuando declaró el estado de excepción unos días antes de que éste se pronunciara sobre la elegibilidad de Musharraf a la presidencia.
Un miembro del Gabinete de Musharraf expresó su satisfacción por la decisión del Tribunal que, según dijo, "permite al presidente cumplir su compromiso de convertirse en un presidente civil", añadiendo que "el presidente no perderá tiempo en quitarse el uniforme después de que el Tribunal emita su decisión final".
Por otra parte, Bhutto subrayó que no tiene planes de reanudar las conversaciones con Musharraf para compartir el poder, que fueron interrumpidas después de que el general decidiera decretar el estado de excepción. "Estamos interesados en una hoja de ruta hacia la democracia y no estamos seguros de que el régimen de Musharraf pueda darnos esa hoja de ruta", agregó.
