El Papa se despide de África llamando a la solidaridad para acabar con la pobreza, el hambre y las guerras

Actualizado: lunes, 23 marzo 2009 20:30


ROMA, 23 Mar. (EUROPA PRESS/ Gloria Moreno) -

El Papa Benedicto XVI concluyó esta mañana en Angola su primera visita pastoral a África, desde donde ha lanzado un llamamiento mundial a la solidaridad para acabar con la pobreza el hambre y las guerras interétnicas. El viaje ha durado seis días y ha constado de dos etapas, la primera se desarrolló en Camerún y la segunda en Angola.

La ceremonia de despedida tuvo lugar esta mañana en el aeropuerto 4 de Febrero de Luanda, la capital de Angola, ante el presidente de este país, José Eduardo dos Santos, y otras autoridades políticas, civiles y eclesiásticas, así como un grupo de jóvenes.

En su discurso, Benedicto XVI pidió que "las aspiraciones fundamentales de las poblaciones más necesitadas" se conviertan en la "preocupación principal de quienes ocupan cargos públicos" ya que el corazón del hombre "no encontrará paz mientras haya hermanos que sufren por falta de alimento, trabajo, casa y otros bienes fundamentales", subrayó.

Para poder dar una respuesta concreta a estos problemas, indicó la expansión de la solidaridad, que es ni más ni menos que "el primer desafío que hay que vencer". "Solidaridad entre generaciones, solidaridad entre naciones y solidaridad entre continentes que genere una cada vez más equitativa distribución de los recursos de la tierra entre todos los hombres".

PIDE PROTEGER A INMIGRANTES

El Papa también manifestó su apoyo a los inmigrantes africanos que se ven obligados a abandonar el país y pidió "protección y ayuda" para todos ellos, recordándoles que Dios no se olvida de ellos.

A los angoleños, en particular, les animó a "no cansarse de hacer que la paz progrese, llevando a cabo gestos de perdón y trabajando a favor de la reconciliación nacional para que la violencia no prevalezca por encima del diálogo; el miedo y el desánimo por encima de la confianza; el rencor por encima del amor fraterno".

"Desde Luanda, extiendo la mirada a toda África" y "doy gracias a Dios por haber encontrado una Iglesia viva y, a pesar de las dificultades, llena de entusiasmo" y haber conocido "un pueblo valiente y decidido a renacer", expresó.

Finalmente, hizo alusión al Sínodo de los Obispos sobre el continente africano que tendrá lugar el próximo mes de octubre en el Vaticano y con el que se intentará encontrar soluciones a los principales problemas que atraviesa la Iglesia en este continente.

Benedicto XVI entregó el documento de trabajo que servirá para preparar este evento la semana pasada, durante la primera fase del viaje, que se desarrolló en Camerún. En él, la Iglesia católica realiza un análisis de la situación africana, sin ahorrar críticas contra las grandes multinacionales, las autoridades políticas locales y los responsables de los organismos internacionales.

A lo largo del viaje, el Papa también abordó algunos aspectos de la moral católica que contrastan con las políticas internacionales sanitarias que promueven diversas organizaciones en este continente, tales como la distribución de preservativos en la lucha contra el sida o el aborto.

En cuanto a los preservativos, Benedicto XVI consideró que no constituyen la solución a la epidemia y que incluso podrían agravar la situación e indicó que el único camino que llevará a la eficacia consiste en la humanización de las relaciones sexuales.

Su intervención, que tuvo lugar al inicio del viaje, en el vuelo de ida a Camerún, fue contestada con duras críticas procedentes de distintos organismos y Gobiernos, entre los que figuran Francia, Alemania y España, que anunció el envío inmediato de un millón de condones a África.

Además de los numerosos encuentros que celebró con la comunidad católica, el Papa se reunió con los líderes de otras confesiones cristianas y creencias religiosas, así como con las autoridades políticas y civiles, tanto de Camerún como de Angola, y grupos de enfermos.

Asimismo, ofició dos misas multitudinarias, en las que participaron miles de personas y en las que el Papa remarcó la necesidad de que África mire al futuro con esperanza. En la segunda de estas celebraciones, que tuvo lugar en Luanda este fin de semana, murieron dos jóvenes angoleñas a raíz de una estampida de personas. El Papa, que poco después expresó su dolor ante lo sucedido, volvió a asegurar hoy que quedó "muy impresionado" y que sigue rezando por las dos fallecidas.