ANKARA 10 Jul. (Reuters/EP) -
El Parlamento de Turquía ha dado, este jueves, apoyo legal a los diálogos de paz que se están llevando a cabo entre el Estado y los rebeldes kurdos lo que supone un importante paso en conjunto para acabar con las tres décadas de lucha entre ambos bandos a solo un mes de las elecciones presidenciales.
El proyecto de ley cuenta con el voto del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, que tiene la esperanza, apoyada por las últimas encuestas, de recoger el apoyo de los votantes kurdos para poder salir ganador de las elecciones que se celebrarán el próximo 10 de agosto.
Turquía, Estado miembro de la OTAN, inició las conversaciones de paz con el líder kurdo encarcelado, Abdulá Ocalan, en 2012, en lo que supuso un gran esfuerzo de las autoridades para poner fin a un conflicto que ha acabado con la vida de 40.000 personas en 30 años.
Hasta ahora, sin embargo, no ha habido mucha intención por parte de las instituciones turcas de entablar dialogo con los kurdos pues consideran al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), como un grupo terrorista al igual que lo hacen la UE y Estados Unidos.
"Turquía está en un proceso de normalización y democratización", ha afirmado, después de que la ley fuera aprobada, el ministro de Agricultura, Mehdi Eker, diputado del partido gobernante por la ciudad de Diyarbakir, de mayoría kurda.
"Esta medida podrá fortalecer el sentido de pertenencia de los ciudadanos turcos y será un instrumento para la unidad y la integridad", ha indicado el parlamentario.
La nueva ley tiene como objetivo ayudar a que los rebeldes kurdos se desarmen y se reintegren en la sociedad del país, así como dar una protección legal a las reuniones que se harán para intentar acabar con el baño de sangre.
Los políticos prokurdos llevan largo tiempo abogando por esta ley para, entre otras cosas, poder eliminar el riesgo de que los que participan en las conversaciones con los rebeldes sean procesados en el futuro si el clima político en Turquía se vuelve contra el proceso de paz.
Esta ley viene de un proyecto anterior que ofrecía aún más inmunidad a los funcionarios del Gobierno pero se tuvo que atenuar después de las quejas de los diputados de la oposición que lo consideraron inconstitucional.
AMPLIO APOYO
El PKK tomó las armas en 1984 con el objetivo de formar un Estado independiente en el sureste de Turquía. Poco a poco fueron moderando sus demandas y apostando más por conseguir derechos políticos y culturales que se les habían denegado.
Un alto al fuego anunciado por Ocalan en marzo de 2013 fue muy celebrado por ambas partes aunque las tensiones han vuelto este año con la construcción de puestos militares cerca de las áreas kurdas por parte del Ejército turco.
Todos los partidos han apoyado esta nueva ley que ha contado, finalmente, con el 80 por ciento de los apoyos en el Parlamento marcando un paso importante en el proceso de paz, según ha asegurado Hasip Kaplan, diputado del prokurdo Partido Demócrata Popular.
"El Gobierno y su primer ministro han intentado llevar a cabo estas medidas antes, pero otros partidos no contribuyeron. Con este apoyo de la mayor parte de la oposición, hemos superado un umbral importante", ha asegurado el parlamentario.
Erdogan ha invertido gran parte de su capital político en esfuerzos para conseguir la paz, apoyando los derechos culturales, políticos y lingüísticos de los kurdos, arriesgando parte de su apoyo electoral.
Los kurdos, que son alrededor del 5 por ciento de la población de Turquía, podrían ser un electorado clave para la victoria de Erdogan, sobre todo de cara a una segunda vuelta, aunque las encuestas ya le dan una gran ventaja frente a sus contrincantes.
"Empezamos el proceso de paz mucho antes de las elecciones", ha asegurado Mehmet Metiner, miembro del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), el partido de Erdogan. "No tenemos ninguna duda de que vamos a ganar las elecciones", apunta el político.