ISLAMABAD, 28 Dic. (EP/AP) -
Las investigaciones sobre el atentado suicida que ayer acabó con la vida de la ex primera ministra Benazir Bhutto continúan abiertas y la Policía busca pruebas que sirvan para identificar al autor material del asesinato. Aún así, el jefe de la Policía de Rawalpindi, Saud Aziz, consideró hoy que "aún es demasiado pronto para decir quién puede ser el responsable".
Así, Aziz informó de que un destacamento conjunto de la Policía y otras agencias trabaja en la investigación de lo sucedido.
Por su parte, el portavoz de la Oficina Federal de Investigación estadounidense (FBI, por sus siglas en inglés), Richard Kolko, indicó que la agencia trata de determinar la validez de una supuesta reivindicación del atentado de la red terrorista Al Qaeda.
Mientras, la violencia se intensificó hoy en algunas ciudades del país asiático. Unas 7.000 personas asaltaron en la ciudad de Multan (centro) siete oficinas bancarias y una gasolinera, además de lanzar piedras contra la Policía, que, a su vez, respondió con gases lacrimógenos.
También en Karacho los alborotadores asaltaron tres oficinas bancarias y las prendieron fuego posteriormente, informó la Policía, y en la capital, Islamabad, unos cien manifestantes quemaron neumáticos en un barrio comercial del centro.
El portavoz de un grupo paramilitar, general Asad Ali, declaró que han recibido la autorización para utilizar fuego real para detener a los alborotadores que causen daños en bienes en el sur de Pakistán.
En la provincia de Bhutto, Sindh, fueron incendiadas diez estaciones de ferrocarril y varios trenes, obligando así a suspender el servicio entre las ciudades de Karachi y la provincia de Punjab, al este, indicó el portavoz de la compañía ferroviaria, Mir Mohammed Khaskheli.
Además, las tropas del Ejército paquistaní están en alerta en cuatro ciudades de la provincia de Sindh, como medida de precaución ante posibles nuevos casos de violencia.
Además, unos 4.000 seguidores de la ex primera ministra paquistaní asesinada, Benazir Bhutto, salieron hoy a las calles de Peshawar (noroeste) y varios cientos de ellos saquearon las oficinas del principal partido de apoyo al presidente, Pervez Musharraf, en la ciudad, quemando el mobiliario y papeles. Sin embargo, la oficina estaba vacía y no se produjeron heridos.
Los disturbios tras el atentado suicida contra Bhutto --que también dejó al menos 20 muertos, según AP, si bien el balance oficial sólo habla de diez-- se han multiplicado en varias ciudades del país. No obstante, las calles en general están vacías debido al cierre de los comercios y al paro de los transportes públicos desde el comienzo de los tres días de luto.
Mientras, se apuran los preparativos del funeral y entierro de la ex primera ministra previstos para esta tarde (hora local, primeras horas de la mañana de hoy en España). Bhutto será enterrada junto a la tumba de su padre, quien también fue un importante líder político de la oposición, y el resto de sus antepasados, en el cementerio de Garhi Khuda Baksh, según la agencia APP.
El marido de Bhutto y sus dos hijos acompañan su cuerpo desde Islamabad a la ciudad Naudero, donde se celebrará el funeral y el entierro, vía Sukkur y Moenjodaro. Caravanas de personas se dirigen también en numerosos vehículos y a pie hacia la ciudad de Naudero para dar su último adiós a la líder.