NUEVA DELHI, 13 Jul. (EUROPA PRESS) -
Apenas 24 horas después de la trágica jornada del 11-J, India intenta recuperar la normalidad. La Policía busca ya a los autores de un atentado que todavía nadie ha reivindicado, e investiga a grupos armados cachemires, aunque algunos de ellos han condenado con fuerza la masacre. Ya son 200 los muertos que provocó el atentado y la cifra oficial de heridos ya asciende a más de 700. En un mensaje oficial a la nación, el primer ministro indio Manmohan Singh, se comprometió a hacer todo lo posible por encontrar a los responsables y ayudar a los afectados. "Vuestra resistencia triunfará sobre los designios del mal de los mercaderes de la muerte", sentenció.
"Desde hacía meses teníamos la sensación de que Bombay era un objetivo. Dado que es la capital financiera, la ciudad tiene muchas zonas vulnerables", explicó el director general del Estado de Maharashtra, P.S. Pasricha. Las sospechas recaen ahora mismo en las milicias islámicas cachemires, sobre todo en una de ellas. "Es difícil decir nada definitivo en este momento, pero Lashkar-e-Tayyaba podría estar implicado dado el estilo del ataque", explicó Pasricha.
Este grupo ya ha emitido un comunicado en el que condena el atentado y niega que esté detrás del mismo. Abdullah Ghaznavi, portavoz de este colectivo, aseguró que "estos actos bastardos han sido perpetrados por enemigos de la humanidad". "No creemos en la muerte de civiles inocentes", añade, convencido de que si las sospechas se han puesto sobre este grupo es en "un intento de difamar a los luchadores por la libertad de Cachemira".
Otro grupo de la zona, Hezb-ul-Mujahedden, afirmó que "los muyahidines no están implicados en tan odiosos crímenes". Estos dos colectivos no sólo negaron su implicación en el atentado de Bombay, sino también en los ataques con granadas que provocaron en las últimas horas ocho muertos en la Cachemira india. Este jueves se produjeron nuevos ataques, que acabaron con la vida de otras seis personas, entre ellos dos milicianos de Lashkar-e-Tayyaba.
India, aunque no quiere vincular oficialmente los atentados con las organizaciones islamistas con base en Pakistán que operan en su país, ya ha pedido a sus vecinos cooperación en materia antiterrorista. "Instamos a Pakistán a adoptar medidas urgentes para desmantelar las infraestructuras de terrorismo en el territorio bajo su control, a actuar contra los grupos e individuos que son responsables de la violencia terrorista y a cumplir sus compromisos", dijo el portavoz indio de Exteriores, Navtej Sarna.
PAKISTÁN INCREMENTA LA SEGURIDAD
Lo que ya ha hecho Pakistán es incrementar las medidas de seguridad en sus aeropuertos, estaciones de tren y embajadas después de los hechos de Bombay. Desde pocas horas después de estos atentados, Islamabad ha desplegado 2.000 agentes de policía adicionales en las cercanías de la frontera con India para vigilar consulados extranjeros, lugares de culto y otros posibles objetivos. "No existe ninguna amenaza concreta, pero estamos tomando medidas de precaución", dijo el jefe de la Policía local de Lahore.
Y mientras se busca a los autores del atentado y se extreman las medidas de seguridad, sigue aumentando la macabra cifra de muertos y heridos. "Se han hallado 200 cadáveres", declaró el viceministro del Estado de Maharashtra, R.Patil, ante el Parlamento estatal. El último balance oficial de heridos es ya de 714. A pesar de todo, la zona intenta recuperar la normalidad. Escuelas y colegios han abierto ya este miércoles y el servicio de trenes ya está restablecido aunque persisten algunos retrasos.
El primer ministro indio, Manmohan Singh, podría visitar Bombay esta misma semana. Por el momento, ya ha ofrecido un mensaje televisado a la nación, en el que se ha comprometido a hacer todo lo posible para ayudar "a cada una de las familias en problemas". "Vuestra resistencia y resolución triunfarán sobre los designios del mal de los mercaderes de la muerte y la destrucción", dijo. "Mi corazón está con todo aquellos que han perdido a sus seres queridos", añadió.
Singh proclamó que "nadie hará que India se arrodille". "Ganaremos esta guerra contra el terrorismo, nada romperá nuestra resolución", añadió, instando a los ciudadanos a permanecer "juntos como un pueblo, como una nación". "Esta no es la primera vez que los enemigos de nuestra nación han intentado minar nuestra paz y prosperidad. Estos elementos todavía no han entendido que nosotros los indios podemos estar juntos, que permaneceremos unidos, todavía no han entendido que nunca les dejaremos ganar. Nadie puede hacer que India se arrodille", concluyó.