LISBOA 4 Ene. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Patricia Ferro) -
El Banco de Portugal revisó hoy a la baja las proyecciones de crecimiento de la economía para este año, pese a que el gobernador Vitor Constancia aseguró que no hay "una crisis permanente" y consideró que la recuperación económica depende fundamentalmente del dinamismo de las empresas y de la determinación y el rigor de las cuentas públicas.
Constancio apuntó cuatro grandes orientaciones para afrontar los problemas que tiene la economía portuguesa: "asegurar la estabilidad macroeconómica mediante la resolución de forma definitiva del problema presupuestario", "adoptar una política social más selectiva, con objetivos en la redistribución de la riqueza y apoyo al desempleo reforzando las políticas activas de empleo", "invertir en las personas intensificando el esfuerzo en educación y formación", y "la concentración de recursos e incentivos en la promoción de la innovación tecnológica".
Las previsiones económicas divulgadas hoy por el Banco de Portugal presentan una revisión a la baja del crecimiento de la economía portuguesa para este año, según las cuales el Producto Interior Bruto (PIB) crecerá un 0,8% en 2006, tres décimas menos que las previsiones del Gobierno, lo que supone una estimación más pesimista que la ofrecida por los organismos internacionales.
En opinión del gobernador del Banco de Portugal el país no está "ante una crisis permanente, pero tiene que adaptarse a las condiciones de la competitividad internacional" y para poder retomar el crecimiento económico es muy importante el papel de las empresas, "de su capacidad de reaccionar de forma apropiada a los desafíos de esa competencia", apuntó.
Otra cuestión fundamental, según el gobernador, es "la determinación y el rigor en las políticas públicas" ya que junto con el dinamismo de las empresas, son los aspectos fundamentales para "superar lo más rápido posible la actual fase de insuficiente desempeño económico".
La economía portuguesa está desde hace varios años creciendo por debajo de su potencias y divergiendo cara a sus socios europeos. Para 2007 el Banco de Portugal estima un crecimiento del 1%, muy por debajo de las últimas proyecciones de las principales economías europeas.