Actualizado: lunes, 11 diciembre 2006 21:39


SANTIAGO DE CHILE/MADRID, 11 Dic. (EUROPA PRESS) -

"Como el clásico dictador de derecha que violó gravemente los Derechos Humanos y que se enriqueció". Así pasará a la historia uno de los dictadores más cruentos de Latinoamérica según el ministro del Interior chileno, Belisario Velasco. Augusto Pinochet será enterrado mañana, sin duelo decretado y sin los honores de un jefe de Estado, tras una decisión de la presidenta de Chile, Michele Bachelet. Sí que se enviará a las exequias a la ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, como establece el protocolo para un funeral de un comandante del Ejército. Sin embargo, la familia rechazó hoy la presencia de Blanlot.

Según relata el diario chileno 'El Mercurio', fue el comandante en jefe del Ejército, general Óscar Izurieta, el que comunicó a Bachelet la muerte del ex dictador. "En serio tono", asegura el periódico, la presidenta le dio el pésame al general y le convocó a una reunión a la que también asistieron los ministros del Interior y Defensa, además del de Gobierno, Ricardo Lagos, y Justicia, Isidro Solis.

Fue en ese encuentro donde Bachelet le comunicó al general que Pinochet no recibiría los honores de un jefe de Estado y que el Gobierno no decretaría un duelo por su muerte; los rituales quedaban, así pues, en manos del Ejército, que decidió rendirle una despedida en calidad de comandante en jefe benemérito. Para representar al Gobierno, anunció entonces la presidenta, la ministra de Defensa asistiría mañana a la misa exequial.

Durante la campaña electoral, Bachelet ya admitió que se sentiría "violenta" rindiendo honores al ex dictador en caso de que su fallecimiento sobreviniese. No sólo por tratarse de una persona involucrada en centenares de denuncias por violación de los Derechos Humanos, genocidio, torturas, secuestros e irregularidades económicas, sino porque su padre, el general Alberto Bachelet fue ejecutado por las fuerzas golpistas tras el 11 de septiembre de 1973 y porque ella misma y su madre fueron prisioneras en uno de los centros de detención del régimen.

FIGURA QUE DIVIDE

Con las banderas izadas y en un escenario milimétricamente calculado para no dar solemnidades al acto, Lagos comunicó que "el Gobierno ha determinado que lo que corresponde en el caso de las exequias del general Pinochet, es que sean las que están establecidas para un ex comandante en jefe del Ejército", descartando su condición de ex presidente. La decisión responde a que Pinochet "es una figura que divide a los chilenos, como lo estamos viendo hoy".

Sin embargo, la familia rechazó la presencia de la ministra de Defensa en la misa, aunque no trascendieron los motivos. Por su parte, el Gobierno español no enviará a ningún representante de la Embajada a las exequias, tras las que el cadáver del tirano será incinerado y entregado en ceremonia privada a su familia. Al final, como señaló Velasco, Pinochet sólo "pasará a la Historia como un dictador, un clásico dictador de la derecha, que violó gravemente los Derechos Humanos y que se enriqueció. La tónica de los dictadores de la derecha en América Latina".