PARÍS, 26 Oct. (EUROPA PRESS/Javier Gómez Muñoz) -
A 24 horas de que se cumpla un año de la revuelta de los suburbios, grupos de jóvenes incendiaron hoy dos autobuses, en dos localidades del cinturón pobre de la capital, y también se produjeron ataques con piedras contra la Policía y los Bomberos que intentaron actuar en otros incidentes.
En Bagnolet, diez encapuchados, cinco de ellos con armas de fuego, obligaron a descender a los pasajeros del autobús 122 y al conductor y robaron el vehículo. Los asaltantes amenazaron a los pasajeros con sus pistolas y colocaron una en la sien del chófer. Más tarde, lo incendiaron con gasolina en la localidad vecina de Montreuil.
En Nanterre, al oeste de la capital, otro grupo de encapuchados prendió fuego también a un autobús, después de obligar a sus pasajeros a evacuar el vehículo.
Estos dos sucesos no han sido los únicos registrados en la vísperas del primer aniversario de la ola de disturbios que estremeció Francia del 27 de octubre al 20 de noviembre de 2005. Policía y Bomberos fueron apedreados en Corbeil-Essonnes, cuando acudieron a extinguir el incendio intencionado de un coche. Un menor de 16 años fue detenido.
En el departamento de Essonne, otro de los que rodean la capital, los conductores han decidido suspender el tráfico de 17 líneas de autobuses desde la caída de la noche, por miedo a agresiones e incidentes de este tipo.
El ministro de Justicia, Pascal Clément, aseguró hoy que con los jóvenes de los suburbios hace falta "al mismo tiempo mucha humanidad y mucha firmeza". "Son franceses de origen extranjero, con una dificultad de inserción profesional y social", constató el dirigente, entrevistado en Canal Plus Francia.
En relación al endurecimiento de las penas contra quienes ataquen a las fuerzas del orden, Clément precisó querer "demostrar que no es tolerable tender trampas [a la Policía] en bandas organizadas". "Si atacan a las fuerzas del orden serán juzgados por Cortes de lo Criminal", añadió.