MADRID, 23 May. (EUROPA PRESS) -
Decenas de miles de personas han tenido que abandonar sus casas y dirigirse a otras zonas de República Democrática del Congo (RDC) o a otros países, como Uganda y Ruanda, debido a la violencia generada por los combates entre las fuerzas congoleñas y los grupos armados que operan en el este del país, según ha denunciado la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
En los últimos días, entre 13.000 y 15.000 personas han cruzado la frontera desde RDC en dirección al suroeste de Uganda para escapar de los enfrentamientos.
El viernes, un equipo de ACNUR visitó la ciudad de Bunagan, ubicada en el lado ugandés de la frontera, y comprobó que entre 6.000 y 7.000 congoleños habían acampado en refugios, tanto cubiertos como al aire libre. La mayoría proceden de aldeas cercanas a la ciudad de Rutshuru, sita en la provincia de Kivu Norte, en el este de RDC.
ACNUR ha comenzado a trasladar a los refugiados congoleños desde la frontera hasta un centro de tránsito de la ciudad ugandesa de Nyakabande, donde reciben ayuda humanitaria. El domingo, ya había 6.163 personas, por lo que se teme que pronto sobrepase su capacidad.
Para solucionar el problema de espacio, ACNUR ha comenzado a trasladar a los refugiados en Nyakabande a un asentamiento de la ciudad de Rwamwanja, ubicada a unos 370 kilómetros, a unas ocho horas en coche. De momento, ya ha trasladado a 1.471 personas y se espera que entre el jueves y el domingo salgan más convoys con una capacidad media de entre 1.000 y 1.500 personas.
A pesar de los esfuerzos de ACNUR, "hay muchas personas que desean permanecer cerca de la frontera con la esperanza de que los combates intermitentes cesen y puedan regresar a sus hogares".
En Ruanda también se ha registrado un fenómeno migratorio, aunque de menor intensidad. En el centro de tránsito de la ciudad de Nkamira, ubicada en el lado ruandés de la frontera, hay 9.006 personas, de las cuales 107 regresaron a RDC el pasado fin de semana.
Los combates entre las fuerzas congoleñas y los grupos armados también han provocado desplazamientos internos. Entre el 10 y el 15 de mayo, se calcula que al menos 12.000 personas se movilizaron en Kivu Norte para refugiarse con familias de acogida o en edificios escolares.
La ola de violencia comenzó el pasado 27 de abril con los combates entre las fuerzas congoleñas y los rebeldes comandados por Bosco Ntaganda, acusado de crímenes de guerra por el Tribunal Penal Internacional (TPI).
En el marco del conflicto, el trabajador de ACNUR Rocky Makabuza murió el viernes tras recibir un disparo en el estómago mientras estaba en su casa de Goma, capital de Kivu Norte. El Alto Comisionado de la ONU António Guterres ha instado a investigar "debidamente" el ataque y a llevar a los responsables ante la justicia.
ACNUR ha advertido de que, "a menos que los bandos rivales sean capaces de alcanzar un acuerdo de paz", se producirán más desplazamientos masivos en los próximos días.
