RDCongo.- Amnustía afirma que Kinshasa también debe responder de graves violaciones de DDHH al igual que los rebeldes

Actualizado: viernes, 10 febrero 2006 12:04

MADRID, 10 Feb. (EUROPA PRESS) -

Amnistía Internacional (AI) considera que el Gobierno de la República Democrática del Congo (RDC) también debe rendir cuentas de los graves abusos contra los Derechos Humanos cometidos en el contexto del conflicto armado, al igual que los líderes de los grupos rebeldes armados de las provincias de Katanga (sur) y Kivu Norte (este), por su responsabilidad en la falta de protección de los civiles de estas regiones.

"El Gobierno de la RDC no ha creado un Ejército profesional y realmente unificado, y eso está contribuyendo en gran medida a que continúe la inestabilidad en la región oriental del país y poniendo innecesariamente en peligro vidas de civiles", afirmó el director del Programa de África de Amnistía Internacional, Kolawole Olaniyan, citado en un comunicado.

Tanto en Katanga como en Kivu Norte, afirma AI, la población civil no recibe protección suficiente del Ejército gubernamental frente a los rebeldes armados, y es también a menudo objetivo directo de ataques, tanto de los rebeldes como de las fuerzas gubernamentales.

Aparte, la acción militar está obstaculizando el trabajo de las organizaciones humanitarias en ambas provincias, lo que está causando la muerte de miles de personas por la violencia directa o por hambre o enfermedades evitables.

KIVU NORTE Y KATANGA

En la provincia de Katanga, los combates entre la milicia Mayi Mayi y el Ejército gubernamental han provocado el desplazamiento de más de 100.000 personas. Los rebeldes han atacado pueblos, han violado y matado a civiles y han incendiado y saqueado viviendas. En sus combates contra los Mayi Mayi, el Ejército de la RDC también está siendo responsable de violaciones, saqueos y otras violaciones de Derechos Humanos, según Amnistía.

Por otra parte, en el territorio de Rutshuru, en la provincia de Kivu Norte, los combates entre el Ejército gubernamental y soldados que al parecer están bajo las órdenes del comandante renegado Laurent Nkunda han provocado el desplazamiento de al menos 37.000 personas, prosigue la organización. En el curso de estos combates, todas las fuerzas han sido responsables de abusos contra los Derechos Humanos.

"Los civiles de la región oriental del país están buscando la protección de su Gobierno", declaró Kolawole Olaniyan. "No obstante, en muchos casos los soldados del Gobierno actúan sólo un poco mejor que los grupos rebeldes", añadió.

"Los rebeldes armados tienen la obligación de respetar el Derecho Internacional Humanitario, y cuando no lo hagan, deben comparecer ante la justicia", añadió Kolawole Olaniyan.

"Aparte, el Gobierno de la RDC debe poner todos los recursos y la voluntad política necesarios para profesionalizar las fuerzas armadas congoleñas a fin de que respeten las normas internacionales de Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario, permitan el acceso de las organizaciones humanitarias a las poblaciones vulnerables y actúen en todo momento para proteger a los civiles", prosiguió.

Pese a la implantación en curso de un programa nacional de unificación y reforma del Ejército, poco se ha hecho para inculcar una cultura de profesionalidad en el Ejército gubernamental, lamentó Amnistía.

El Gobierno, según la organización, no ha expulsado de las filas del Ejército a presuntos autores de abusos graves contra los Derechos Humanos, el personal militar no ha recibido formación adecuada en sus obligaciones con arreglo al Derecho Internacional, las unidades del Ejército --incluso las brigadas recién integradas-- reciben equipos, salarios, ropa y comida insuficientes, y las cadenas de mando suelen ser confusas.

Las provincias de Kivu Norte y Katanga están habitadas por diversos grupos étnicos con relaciones históricamente conflictivas que viven en zonas de intersección controladas por diferentes grupos políticos armados congoleses, en su mayoría de base étnica. Algunas comunidades, manipuladas por sus líderes, siguen mostrándose profundamente recelosos ante el proceso de unificación del Ejército, por temor a la pérdida de protección de los grupos armados locales.

EJÉRCITO UNIFICADO Y MONUC

Ciertos líderes políticos y militares continúan mostrando una reticencia extrema a desmantelar sus estructuras militares en favor de un Ejército nacional unificado, porque estas estructuras son la base de su poder.

"Hay que tranquilizar a las diversas comunidades y garantizarles que el Ejército unificado actuará como una fuerza imparcial. A tal fin, los presuntos autores de abusos contra los Derechos Humanos deben ser excluidos de sus filas y comparecer ante la justicia. El Ejército debe demostrar que es capaz de actuar para la protección de todos los civiles con independencia de su etnia, su comunidad o su filiación política", afirmó Kolawole Olaniyan.

Amnistía Internacional ha pedido también a la Misión de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUC) que aplique su mandato enérgicamente, declarando que la MONUC "debe ser reforzada en las regiones que corren más riesgo de sufrir una escalada de la violencia y ser capaz de garantizar el acceso humanitario a quienes lo necesitan", concluyó el comunicado.