BEIRUT, 4 Dic. (Reuters/EP) -
Una de las facciones rebeldes que combaten en Alepo ha anunciado a Estados Unidos que tiene intención de seguir luchando hasta el final a pesar de los importantes avances de las fuerzas afines al Gobierno sirio registrados en los últimos días -- donde han conquistado un 60 por ciento del este, bajo control rebelde --, que anticipan una derrota, según medios oficiales, "en cuestión de semanas".
"Las fuerzas estadounidenses nos han preguntado '¿Queréis marcharos o queréis aguantar?'. Nuestra respuesta ha sido la siguiente: 'No podemos dejar nuestra ciudad ni nuestros hogares en manos de las milicias mercenarias que el régimen ha movilizado en Alepo", ha declarado desde Turquía el director del politburó de una facción rebelde en la ciudad, Zakaria Malahifji.
"Los estadounidenses escucharon nuestra respuesta y no hicieron comentarios al respecto", añadió el rebelde sirio, quien insistió una vez más en la necesidad de abrir corredores humanitarios para evacuar a los miles de heridos que permanecen encerrados en el este de la ciudad.
La conquista total de Alepo supondría la mayor victoria de las fuerzas del presidente sirio Bashar al Assad desde el inicio de la guerra hace ya cinco años. Ayer, fuerzas progubernamentales, con apoyo ruso, se hicieron con el control de una de las principales rutas de acceso ala aeropuerto de la ciudad, bajo control militar, que en pocos días podría comenzar a recibir suministros para el frente.
Rusia ha renunciado, denuncian los rebeldes, a todos los compromisos adoptados con los insurgentes para permitir la entrada de ayuda en la ciudad, como tampoco ha hecho nada para acabar con elementos yihadistas afines a Estado Islámico. Las fuerzas rusas bombardean constantemente sus posiciones y han sido instrumentales para permitir el avance militar de Al Assad. "Esperamos terminar esto en cuestión de semanas", han asegurado a Reuters fuentes militares sirias.
La idea, según fuentes afines al régimen de Damasco, consiste en recuperar la ciudad entera antes de que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, asume el cargo el próximo 20 de enero, para mitigar así la posibilidad de que Estado Unidos efectúe algún cambio respecto a su política en Siria, aunque todo parece indicar que la nueva administración cortará su apoyo a las fuerzas rebeldes.
Los problemas se acumulan para los insurgentes. Ayer, el líder de una recién creada alianza rebelde, Abú Abdelrramán, resultó gravemente herido y ha tenido que abandonar su cargo como "comandante del Ejército de Alepo mientras los frentes se multiplican: ocho, actualmente, entre los que destacan el abierto a última hora en el sur de la vieja ciudadaela de Alepo.
