JERUSALÉN 19 Mar. (Reuters/EP) -
Los resultados finales de las elecciones legislativas celebradas el pasado martes en Israel han confirmado la victoria del Likud de Benajmin Netanyahu, aunque sin la mayoría necesaria para formar Gobierno en solitario, por lo que tendrá que recurrir de nuevo a las coaliciones.
El Likud ha conseguido 30 de los 120 escaños que forman la Knesset. Se trata de un triunfo significativo, no solo porque los sondeos sobre intención de voto pronosticaban una derrota para el partido del primer ministro, sino porque en los últimos comicios, en 2013, obtuvo 18.
En segundo lugar ha quedado la Unión Sionista formada por el Partido Laborista de Isaac Herzog y el Hatnua de Tzipi Livni, que ocupará 24 escaños en la próxima legislatura. Los dos líderes han descartado pactar con el Likud. "La única opción realista para nosotros es seguir en la oposición", dijo Herzog.
Netanyahu tendrá que buscar apoyos en los partidos de extrema derecha Hogar Judío (con ocho escaños) e Yisrael Beitenu (con seis), así como en las formaciones religiosas Shas (con siete) y United Torah Judaism (con seis).
Sin embargo, estas cuentas le dejarían con 57 escaños, aún lejos de la mayoría parlamentaria, por lo que los analistas políticos apuntan a que tendrá que negociar con el Kulanu de Moshe Kahlon, de centro, que ha sumado diez asientos en la Knesset.
Por su parte, el centro-izquierdista Meretz se ha quedado con cinco escaños. Su líder, Zehava Gal-On, ya ha anunciado que renunciará a su asiento en el Parlamento por los malos resultados electorales de su partido político.
El presidente israelí, Reuven Rivlin, ha convocado a los líderes de los partidos políticos con representación parlamentaria para que recomienden un candidato para formar Gobierno. Netanyahu tendrá 42 días para hacerse con la nominación.