LONDRES 25 Abr. (EUROPA PRESS) -
El ministro del Interior británico, Charles Clarke, pidió hoy perdón por la puesta en libertad a más de 1.000 presos extranjeros que una vez finalizado su tiempo en prisión debían haber sido deportados. Entre ellos se encuentran tres asesinos y nueve violadores.
Clarke reconoció que en la actualidad no se conoce el paradero de muchos de ellos, pero indicó que se está trabajando "de forma muy enérgica" para tenerlos localizados. El secretario de Estado de Interior, Tony McNulty, se mostró "muy, muy sorprendido" por esta noticia, aunque señaló que no piensa que Clarke deba dimitir.
Clarke dijo que se debía haber considerado la deportación de los presos, que fueron puestos en libertad entre febrero de 1999 y marzo de 2006. Así, indicó que este ha sido un error "profundamente lamentable" y que entiende que los ciudadanos estén preocupados por ello.
De este millar de personas, el Directorado de Nacionalidad e Inmigración localizó sólamente a 107 y entre estos 20 fueron deportados. Entre los presos, cinco fueros condenados por delitos de carácter sexual contra niños, siete por delitos sexuales, 57 por delitos acompañados de violencia y dos por homicidio. Asimismo había entre ellos 41 ladrones, 20 traficantes de drogas y 54 condenados por asalto.
El 'número dos' de la Policía metropolitana, Paul Stephenson, dijo que se tiene que hacer todo lo necesario para que no vuelva a suceder un caso parecido. "Es muy desmoralizante", declaró. "Ahora habrá que vivir con esta amenaza y siendo conscientes de que se tiene hacer todo lo posible para que esto no pase otra vez", declaró.