LONDRES 29 Jun. (De la corresponsal de EUROPA PRESS, Eva Martínez Millán) -
El control policial de los manifestantes que la previa a la reunión del G-20 tomaron el distrito financiero de Londres se encomendó a agentes sin experiencia ni entrenamiento necesario que provocaron que el nivel de las disputas se agravara, según un informe elaborado por la Comisión de Interior del Parlamento británico.
Tras la polémica generada por la reacción de las fuerzas de seguridad en las protestas del 1 de abril, el documento publicado hoy reprobó que oficiales sin la formación para eventos de este alcance fuesen enviados para garantizar el normal desarrollo de las concentraciones organizadas con motivo de la reunión del G-20 en la capital británica. "Esto no se puede repetir nunca más", advirtió.
Ya previamente, numerosos participantes en las convocatorias habían denunciado un uso desmedido de la violencia y los propios responsables de la Policía Metropolitana habían reconocido que se había hecho un uso "inapropiado de la fuerza". Además, en las jornadas posteriores habían trascendido grabaciones que probaban las alegaciones, en especial a raíz de la muerte por un infarto de un viandante que minutos antes había sido atacado por un agente.
No obstante, el informe no se pronuncia sobre el fallecimiento de Ian Tomlinson u otros casos demostrados en los que la policía actuó de una manera desmedida, si bien reconoce que las imágenes que fueron surgiendo tuvieron un impacto sobre la opinión pública y presentan el riesgo de menoscabar la confianza en las fuerzas de seguridad.
CUESTIONAMIENTOS
La comisión subrayó que no puede "condonar bajo ninguna circunstancia el destino de oficiales sin entrenar e inexpertos a la primera línea de una protesta pública", al tiempo que cuestionó prácticas como la de contener a los manifestantes entre cordones policiales durante un tiempo prolongado.
Así, la contención reiterada de los más de 35.000 participantes que se dieron cita en las convocatorias de la previa al G-20 habría incrementado las disputas, si bien existe una corriente entre responsables policiales que consideran que esta técnica permite evitar la dispersión incontrolada por áreas en las que las movilizaciones no están autorizadas.
Por contra, el informe confía en que esta polémica abra una reflexión sobre el protocolo de actuación en concentraciones de esta naturaleza, puesto que "el principio básico que la Policía debe recordar es que los protestantes no son criminales".
"Su doctrina debe centrarse en permitir que la manifestación se desarrolle de forma pacífica", aseveró, cuando, en el caso de las del G-20, "ha quedado claro que las preocupaciones sobre la actuación ha afectado a la confianza de los ciudadanos".