LONDRES 8 Mar. (de la corresponsal de EUROPA PRESS Marta Altuna) -
La responsable de prisiones británica, Anne Owers, mostró hoy su preocupación por el tratamiento que reciben los prisioneros musulmanes en la cárcel de máxima seguridad de Belmarsh, a las afueras de Londres.
Owers señaló que existen pruebas de que este colectivo es objeto de burlas y de que el penal tiene dificultades para afrontar el elevado número de prisioneros acusados de terrorismo. Indicó además que los oficiales de prisiones no comprenden la actuación social y religiosa de este tipo de internos.
Al respecto, el director del Servicio de Prisiones, Phil Wheatley, declaró: "Reconocemos que se han realizado cambios positivos en Belmarsh desde la última inspección".
"Existen relaciones de trabajo excelentes entre el equipo que representa a las distintas confesiones, el personal y la dirección, lo que les permite trabajar conjuntamente para asegurarnos de que se pueden solventar las necesidades de los prisioneros de distintas confesiones y culturas", anotó Wheatley.
Asimismo, afirmó que aunque este asunto es importante, no se debe permitir que desvíe la atención de otros temas que son también muy relevantes en esta cárcel. Alrededor de 100 de los 900 prisioneros de este centro del sureste de Londres son musulmanes.
Owers explicó que en Belmarsh hay cuatro presos acusados de terrorismo a quienes sólo se les permite reunirse de dos en dos y dijo que se les ha prohibido asistir a los rezos comunes que tienen lugar todos los viernes.
Finalmente, añadió que existe otro preso acusado de terrorismo al que se le mantuvo en una unidad independiente "con un grupo de personal dedicado específicamente para él".
"La prisión de máxima seguridad se encuentra al límite de sus capacidades, y en ella se encuentran entre otros los sospechosos de ser los responsables de los atentados fallidos del 21 de julio (de 2005) contra el sistema de transportes en Londres", apostilló la responsable de prisiones británica.