LONDRES 19 May. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Marta Altuna) -
El ministro de Educación británico, Alan Johnson, anunció hoy que a partir de este otoño se prohibirán en las escuelas el chocolate, las patatas fritas, las bebidas gaseosas y la comida de baja calidad con altas cantidades de grasa y de sal.
Según el ministro, se pretende acabar "con décadas de mala nutrición" para poder mejorar la salud de los alumnos. Estas reglas, basadas en las recomendaciones del Panel para la Revisión de la Comida en las Escuelas, se centran en una campaña realizada por un famoso cocinero, James Oliver, para mejorar la calidad de las comidas escolares y que fue vista por millones de espectadores en un programa de televisión.
A partir del mes de septiembre, las compañías que distribuyen la comida en las escuelas tienen que asegurarse de que ofrecen "carne de alta calidad, pollo o pescado de forma regular". Asimismo los alumnos tendrán "como mínimo" dos porciones de fruta y verduras en cada comida. La comida frita se ofrecerá solamente dos veces por semana.
"Estas nuevas normas servirán para que lo normal sea en que cada escuela se come de forma saludable", explicó Johnson. "La salud de nuestros pequeños es algo con lo que no se puede jugar", indicó. "Ofrecer a nuestros alumnos una dieta equilibrada les dará la energía, las vitaminas y los minerales que necesitan para aprender y para jugar, pero no sólo eso, ya que ayudará a las escuelas a enseñar a cada niño la imporancia de la dieta, la nutrición y preparación de comida para que a lo largo de su vida tomen las decisiones adecuadas", añadió.
El pasado año el Gobierno prometió una inversión de 280 millones de libras esterlinas para mejorar las comidas escolares. Ello supone la inversión de un mínimo de 50 peniques por persona (72,5 céntimos de euro) en la comida de un niño en la escuela primaria y de 60 peniques (87 céntimos de euro) en la escuela secundaria.