LONDRES 26 Jul. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Interior británico, John Reid, prometió ayer que introducirá controles electrónicos en las fronteras para contar a quienes entren y salgan del país, de los 90 millones de personas que visitan el Reino Unido cada año, aunque admitió que el sistema no funcionará a pleno rendimiento hasta 2014.
Reid constató que la vigilancia en las fronteras serán la piedra angular de su paquete de medidas para reformar el servicio de la inmigración que él mismo tildó de "no apto para los objetivos", según el diario 'The Guardian'. El nuevo sistema usará la más moderna tecnología y se insertará en 2008, aunque tardará seis años en funcionar a pleno rendimiento.
El plan de las 'E-Fronteras', como se han bautizado en el Reino Unido, que registrará todas las entradas y salidas, se irá implantando por etapas durante los próximos ocho años. Comenzará con las rutas de más riesgo, intensificando las medidas para quienes abusan de las facilidades existentes a la hora de entrar en el país.
El Gobierno conservador de 1994 suprimió los controles para el 40 por ciento de los viajeros cuyo destino eran países de la Unión Europea. En 1998, los laboristas culparon al anterior Ejecutivo de las carencias en el registro de la inmigración por "la montañas de papeles que produjeron".
El titular de Interior británico recibió protestas anoche de que su reforma carecerá de credibilidad. Desde la Unión General de Trabajadores de Trasportes se enunció que se debe abordar el retraso en el tratamiento de los más de 250.000 inmigrantes ilegales que se encuentran en el país, a quienes se les debería dar un programa de regularización o una amnistía.
Reid desdeñó las llamadas de amnistía, aunque se comprometió a resolver, en los próximos cinco años, los 450.000 casos sin aclarar que datan desde 1990. Está previsto que a algunos de ellos se les deporte sin complicaciones y al resto se les otorgue la posibilidad de permanecer en el Reino Unido.
Otra de las actuaciones destacadas para registrar a los inmigrantes son las de instaurar una tarjeta de identidad para extranjeros residentes en el país a partir de 2008, antes de que estos carnés se establezcan para ciudadanos británicos. Además, habrá personal específico, debidamente uniformado, para el control de inmigrantes en puertos y aeropuertos.