LONDRES 10 Ago. (EP/AP) -
Desde que los atentados del 11 de septiembre de 2001 sembraron el temor a grandes atentados islamistas en suelo europeo, las fuerzas de seguridad británicas han anunciado el descubrimiento de varios complots terroristas. Reino Unido fue también, el pasado 7 de julio, escenario de uno de los peores atentados, en su red de metro y autobuses, donde cuatro terroristas suicidas mataron a 52 personas. Pocos meses después del 11 de septiembre, el 22 de diciembre de 2001, el británico Richard Reid fue reducido los pasajeros y la tripulación del vuelo de American Airlines Paris-Miami en el que viajaba, cuando trataba de hacer estallar explosivos plásticos que llevaba en sus zapatos. Está cumpliendo cadena perpetua en Estados Unidos.
En enero de 2003, tras un registro de un apartamento, la Policía anunció haber descubierto un plan para esparcir un veneno, ricina, en Londres. De los ocho acusados, cuatro fueron absueltos y otros cuatro no fueron juzgados. En el apartamento no se encontraron restos de ricina pero según expertos sí hubo intentos de producirla. Un noveno acusado, el argelino Kamel Bourgass, fue condenado por el asesinato de un policía durante su detención.
En febrero de 2003, cientos de tropas y vehículos ligeros se desplegaron en el aeropuerto de Heathrow después de que la Policía alertara de que Al Qaeda pretendía atacar la capital británica.
En febrero de 2004, la aerolínea British Airways canceló en varias ocasiones vuelos a Washington y Riad tras recibir alertas de las inteligencia de Estados Unidos.
En marzo de 2004 fueron arrestados en el sureste de Londres varios hombres a los que se les confiscaron 600 kilos de fertilizante químico. Siete de ellos están siendo juzgados actualmente acusados de intentar ataques en la red eléctrica británica, bares y trenes.
Dos semanas después de los atentados del 7 de julio de 2005, el día 21, cinco hombres intentaron atacar de nuevo la red ferroviaria y un autobús, pero los explosivos no estallaron. Los cinco serán juzgados el año que viene.
La Policía británica afirma haber fustrado cuatro complots desde el pasado 7 de julio, pero no ha facilitado más detalles. Recientemente, aseguraba que estaba investigando un total de 70 tramas en Reino Unido y el extranjero.