WASHINGTON, 21 Oct. (EUROPA PRESS) -
La parálisis administrativa en la que estuvo sumido Estados Unidos durante 16 días y la cercanía a la suspensión de pagos ha pasado factura a la popularidad del Partido Republicano, hasta el punto de que el 54 por ciento de los norteamericanos ven negativo que la formación controle la Cámara de Representantes y seis de cada diez piden el cese de John Boehner como presidente de la Cámara Baja.
Así se recoge en una encuesta de CNN/ORC que refleja un malestar creciente por la dificultad que entraña cualquier debate parlamentario, habida cuenta de que los demócratas controlan el Senado y los republicanos la Cámara de Representantes.
Mientras que en diciembre únicamente un 43 por ciento de los ciudadanos consideraba algo negativo el control del Partido Republicano en la Cámara Baja, ahora esta proporción ha crecido hasta el 54 por ciento. Sólo el 38 por ciento de las 841 personas entrevistadas ve este reparto de poderes como positivo.
Los republicanos recuperaron el control de la Cámara de Representantes tras las elecciones parciales de 2010 y, desde enero de 2011, el órgano cuenta con un presidente de ese partido. Seis de cada diez personas quieren ahora el remplazo de Boehner, en cuya defensa únicamente salen tres de cada diez.
El malestar, no obstante, es generalizado hacia toda la clase política de Washington. Sólo el 12 por ciento de las personas entrevistadas respalda la labor del Congreso, mientras que el 86 por ciento la desaprueba.
El suspenso se hace extensible también al presidente, Barack Obama, cuya gestión recibe un 52 por ciento de críticas y un 44 por ciento de alabanzas. Aun así, mientras que un 44 por ciento confía más en el mandatario que en el Congreso, sólo un 31 por ciento se pone de lado del Capitolio.