BRUSELAS 7 Jul. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Miguel Angel Moratinos, ha remitido una carta al Consejo Atlántico, máximo órgano de decisión de la OTAN, y un documento informal a la Unión Europea defendiendo la idea de que la estabilidad de los Balcanes depende de no aislar a Serbia, en un momento marcado por la negociación sobre el futuro estatuto de Kosovo y la reciente independencia de Montenegro, y por tanto que debe hacerse lo posible para acercar al país a las estructuras aliadas y comunitarias.
Según informaron fuentes aliadas, el ministro español sostiene en los documentos que ha hecho llegar a ambas instituciones que conviene acompañar a Serbia en el proceso al que ahora se enfrenta, sin por ello abandonar la condicionalidad impuesta por los Veinticinco de que su camino hacia la UE pasa por la plena cooperación con el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY). El Tribunal de La Haya reclama de Belgrado la entrega del general serbo-bosnio Ratko Mladic, acusado de crímenes de guerra.
Moratinos aboga por no condicionar necesariamente los contactos entre la UE y las autoridades serbias a la entrega del general, postura que apoya también Italia, Noruega y los países de la Europa central, según las mismas fuentes. También el alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior y la Seguridad Común, Javier Solana, comparte la visión de que cualquier cosa que implique el aislamiento de Serbia hará más difícil el proceso de estabilización en la región balcánica.
Así, en el próximo encuentro que tendrán los ministros de Exteriores de la UE el 17 de julio se verá qué mecanismo podría utilizarse para cooperar con Serbia y tener con el país una relación fuerte, que no le desvincule de la UE. Se buscará, por tanto, un sistema similar al que se usó ya con Croacia cuando las autoridades croatas aun no habían entregado a La Haya al general Ante Gotovina, también reclamado por el TPIY.
Por otro lado, ayer la Comisión Europea recomendó a los Estados miembros continuar por separado las negociaciones para alcanzar un acuerdo de Asociación y Estabilización, primer paso hacia la adhesión a la Unión Europea, con Serbia y Montenegro, después de que Montenegro decidiera el pasado 3 de junio separarse de la Federación que mantenía con Serbia y convertirse en un Estado independiente.
El Ejecutivo comunitario sugiere, para adaptarse a la nueva situación, continuar las negociaciones basándose en los resultados logrados hasta el momento pero con la vista puesta en cerrar dos acuerdos distintos: uno con Montenegro y otro con Serbia. Eso significa que, en el futuro, las negociaciones con Serbia se harán sobre la base de directivas modificadas, mientras que las de Montenegro descansarán en nuevas directivas. Ambas directivas tienen que ser aprobadas por unanimidad por los Veinticinco.
En todo caso, la recomendación adoptada hoy no afecta a la decisión tomada el pasado 3 de mayo de congelar las negociaciones con Serbia mientras el país balcánico no coopere plenamente con el Tribunal Internacional para la antigua Yugoslavia (ICTY). No obstante, la adopción de estas modificaciones permitirán a la Comisión reanudar las negociaciones tan rápidamente como Serbia cumpla sus obligaciones respecto al TPIY.
El acuerdo de Estabilización y Asociación es la primera etapa del proceso de adhesión a la Unión Europea de los estados balcánicos y establece una relación contractual entre un país de la región y la UE, que, a su vez, pone a disposición de los Balcanes occidentales un ambicioso programa de ayuda financiera, llamado programa de asistencia comunitaria para la reconstrucción, el desarrollo y la estabilización.
La UE ha firmado ya acuerdos de este tipo con la Antigua República Yugoslava de Macedonia, Croacia y Albania, y mantiene actualmente negociaciones para alcanzarlos con Bosnia y Herzegovina.
El objetivo de las negociaciones es concluir los primeros acuerdos globales con Montenegro y con Serbia, respectivamente, para favorecer la integración de los países en las estructuras de la UE. Este tipo de marco también promueve las relaciones económicas y comerciales para establecer, una vez finalizado un periodo transitorio, un contexto de librecambio compatible con las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Permite también a los países acercarse a la normativa europea sobre circulación de trabajadores, libertad de establecimiento, libre prestación de servicios y movimiento de capitales.
En virtud de estos dos acuerdos, Montenegro y Serbia, se comprometerán a incorporar progresivamente en sus legislaciones internas la normativa comunitaria, sobre todo en ámbitos 'clave' del mercado interior.