MADRID 1 Ago. (EUROPA PRESS) -
Amnistía Internacional (AI) denunció hoy la discriminación y la violencia que sufren "a diario" las mujeres de las zonas rurales de Sierra Leona por parte de los hombres, tanto en sus hogares como a manos de los jefes de sus comunidades, que dictan "sentencias gravemente discriminatorias en casos en los que carecen de autoridad para juzgar, incluidos los que implican violencia contra las mujeres".
La organización lanzó hoy una campaña con el fin de poner de relieve los problemas a que se enfrentan las mujeres en Sierra Leona para acceder al sistema de justicia. Según AI, en los casos en que las mujeres de las zonas rurales intentan acceder a la justicia para que pronuncie sobre los abusos a que son sometidas, "a menudo sufren nuevos abusos y actos de violencia, en muchos casos debido a que los jefes locales se exceden en su autoridad legal e imponen penas a las mujeres basándose en el derecho consuetudinario".
"El problema de las mujeres en Sierra Leona tiene su origen en la propia ley, que es intrínsecamente discriminatoria en muchas áreas, y en el hecho de que los jefes locales están dictando sentencias gravemente discriminatorias en casos en los que carecen de autoridad para juzgar, incluidos los que implican violencia contra las mujeres", afirmó el director adjunto del Programa Regional para África de Amnistía Internacional, Kolawole Olaniyan.
"Los jefes a menudo imponen ilegalmente multas o encarcelan a mujeres basándose en su interpretación del derecho consuetudinario, y el Gobierno de Sierra Leona apenas ha tomado medidas para poner freno a estas prácticas", añadió.
El derecho consuetudinario de Sierra Leona forma parte del derecho común, pero es en gran medida no escrito. La Constitución lo define como "las normas de derecho que por tradición son aplicables a determinadas comunidades de Sierra Leona". El derecho consuetudinario regula asuntos que tienen repercusiones sobre todo para las mujeres, como el matrimonio, la herencia, el divorcio y la propiedad.
En virtud del derecho consuetudinario de Sierra Leona, afirma Amnistía, la posición de las mujeres en la sociedad "es equivalente a la de los menores de edad".
En los casos de violencia sexual y violencia de género, los jefes locales suelen ser el primer punto de contacto fuera de la familia para las mujeres. Los jefes a menudo intentan hacer desistir a las mujeres de que lleven sus quejas fuera del ámbito familiar.
"ME DIJERON QUE ME AGUANTASE"
El documento de campaña expone varios casos concretos, como el de una mujer de la población de Makeni, distrito de Bombali, quien explicó a Amnistía Internacional cómo, tras enviudar y volverse a casar, había sufrido violencia sexual por parte de su esposo, de quien dependían económicamente ella y sus cuatro hijos.
"Realmente no sabía lo que hacer. No tengo cerca a mi familia, pues la mayoría murieron en la guerra, y todos en la comunidad, incluido el jefe, me aconsejaron que me aguantase. Me advirtieron que de no denunciara a la Policía que mi esposo me viola o no me da dinero para mantener a los niños, porque se limitarán a encerrarlo y así no habrá oportunidad de que pague", narró.
Amnistía Internacional pudo comprobar también que a menudo los jefes juzgan ilegalmente casos relacionados con el estado civil, como los relacionados con el matrimonio y el divorcio, que normalmente son competencia de los juzgados o los tribunales de primera instancia en el sistema judicial de Sierra Leona.