LONDRES, 15 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Sinn Féin ha revelado este jueves parte del acuerdo supuestamente alcanzado la semana pasada con el Partido Unionista Democrático (DUP) para conformar un gobierno de coalición en Irlanda del Norte y ha confirmado que, a la espera de posibles avances, el diálogo está roto a día de hoy.
La presidenta de la formación republicana, Mary Lou McDonald, ha comparecido ante los medios para explicar que el Sinn Féin había aceptado la aprobación de leyes para ampliar los derechos y la protección para el gaélico, una de las grandes reivindicaciones del partido durante este último año.
Aunque las dos partes no habían logrado avances concretos para la legalización del matrimonio homosexual, el DUP sí se habría comprometido a no presentar ninguna iniciativa parlamentaria para entorpecer la aprobación de una hipotética reforma, ha explicado McDonald ante los periodistas, según medios locales.
"Aconsejamos a los líderes del DUP que el acuerdo debía quedar cerrado antes de que quienes se oponían a él pudiesen deshacer lo logrado", ha explicado. En este sentido, desde el Sinn Féin responsabilizan a los unionistas del fracaso del "colapso del proceso de diálogo", confirmado el miércoles tras unos días de aparente optimismo.
El Sinn Féin no ha revelado todos los detalles del supuesto pacto en aras de una confidencialidad que quieren respetar por si hay una nueva ronda de conversaciones. Sin embargo, su líder ha prometido que entregará el texto íntegro a los gobiernos de Reino Unido e Irlanda, que han ejercido de mediadores en la crisis abierta tras las elecciones de marzo de 2017.
McDonald se ha mostrado optimista de cara a la posible reanudación del diálogo con el DUP. "¿Habrá más conversaciones? Por supuesto. Lo que no estoy segura es de cuándo serán", ha apostillado.
El fracaso en la formación de Gobierno dejaría a Irlanda del Norte sin autonomía y llevaría a que Londres asumiese el control directo por primera vez en una década. Del pacto político depende también el equilibrio establecido entre nacionalistas y unionistas tras los Acuerdos de Viernes Santo de 1998, con los que el Úlster puso fin a tres décadas de violencia.
