AMÁN, 17 (Reuters/EP)
El Gobierno sirio ha dado su aprobación a la ONU para que entregue ayuda la próxima semana a los miles de civiles que se encuentran varados en la frontera con Jordania, según han informado este miércoles trabajadores humanitarios y responsables del campamento.
El asedio este mes por parte del Ejército sirio y el bloqueo a la entrega de ayuda desde Jordania ha dejado al campamento de Rukban, en el sureste de Siria, sin alimentos. Esto provocó la muerte de al menos una decena de personas la semana pasada entre sus 50.000 habitantes, principalmente mujeres y niños, según han contado a Reuters residentes y fuentes de la ONU.
Naciones Unidas ha contactado con responsables locales en el campamento para informarles de que han recibido autorización de Damasco para enviar un convoy de ayuda el 25 de octubre.
La oficina del coordinador humanitario de la ONU para Siria, Alí al Zaatari, ha resaltado que "hay preparativos activos para un convoy conjunto de la ONU y la Media Luna Roja Árabe Siria (SARC) la semana que viene para entregar ayuda humanitaria a cerca de 50.000 mujeres, niños y hombres atrapados en Rukban".
"La situación humanitaria general en el campamento de Rukban está en un momento crítico", ha alertado Al Zaatari, quien ha destacado que la ONU y la SARC "llegarán al campamento para entregar ayuda para salvar vidas en los próximos días".
Así, la ONU ha manifestado que "se coordina de cerca con todas las partes implicadas para garantizar una entrega segura y rápida". El último envío de ayuda de la ONU a Rukba tuvo lugar en enero de 2018 a través de Jordania.
El Ejército sirio ha endurecido su asedio del campamento, que también está próximo a la frontera iraquí, impidiendo que contrabandistas y comerciantes entregue alimentos.
Jordania, que hace unos meses accedió a permitir un envío de ayuda, ha sostenido desde entonces que no se le debería responsabilidad ya que el campamento no está en su territorio y todas los futuros envíos deberían proceder de los almacenes de la ONU dentro de Siria.
En los últimos tres años, decenas de miles de personas han huido hasta Rukban desde zonas de Siria bajo control del grupo terrorista Estado Islámico. El campamento se encuentra dentro de la "zona de distensión" de 55 kilómetros creada por el Pentágono estadounidense.
Dicha zona busca proteger la base de Tanf, en la que hay desplegadas fuerzas estadounidenses, de los ataques de las fuerzas progubernamentales y mantener una presencia estratégica de Washington en una zona en la autovía que une Bagdad con Damasco y que es una ruta crucial de suministro de armamento iraní a Siria desde Irak.
