MADRID, 4 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Programa Mundial de Alimentos (PAM) ha advertido este martes de que la reciente escalada de violencia en Siria, principalmente en Damasco, está haciendo cada vez más difícil llegar a las zonas más afectadas y de que está aumentando la inseguridad alimentaria por la falta de pan y la subida de los precios en algunas zonas.
Según explica la agencia de la ONU en un comunicado, el acceso de entrada y salida en Damasco es "cada vez más peligroso", lo que dificulta "el envío de alimentos desde los almacenes del PAM a algunas zonas del país, principalmente al norte". Asimismo, en las últimas semanas han aumentado los "ataques indiscriminados" contra sus camiones en distintos puntos del país.
Así las cosas, y de acuerdo con la decisión adoptada por la ONU de reducir el personal expatriado que trabaja en Siria por la inseguridad creciente, el PAM trasladará a siete trabajadores no esenciales a Amán, mientras que unos 20 expatriados y 100 nacionales siguen en el país para seguir adelante con la distribución de ayuda a 1,5 millones de personas.
Al igual que el resto de agencias de la ONU, el PAM también ha suspendido temporalmente todas las misiones sobre el terreno fuera de Damasco, "lo que tendrá un impacto negativo sobre nuestra capacidad de supervisar la distribución de alimentos por nuestros socios y limitar el movimiento del personal para evaluar las necesidades y el mercado", explica en su comunicado.
La agencia de la ONU ha indicado que la situación de seguridad alimentarias para muchos sirios "se está deteriorando rápidamente ante la intensificación del conflicto y su expansión a más zonas".
Además, cada vez es más frecuente la falta de pan, lo que provoca largas colas ante las panaderías. En el caso de Alepo, precisa, la mayoría de los ciudadanos dependen de panaderías particulares en las que los precios son entre un 40 y un 50 por ciento más caras que en otras provincias.
Aunque la mayoría de los alimentos básicos siguen estando disponibles en el mercado, los precios son muy altos, sobre todo en las zonas con combates. Además, el consumo de alimentos es escaso entre las familias desplazadas, ya que no suelen tener acceso a lugares donde poder cocinar.
Actualmente, más de 85 por ciento de los 1,5 millones de personas a los que el PAM presta asistencia alimentaria son desplazados internos, la mayoría de los cuales están en escuelas y universidades.
