MOGADISCIO 11 Jun. (EP/AP) -
Un miembro de la Alianza para la Restauración de la Paz y contra el Terrorismo (ARPCT), que fue expulsada de Mogadiscio por la Unión de Tribunales Islámicos, ha asegurado que la batalla por la capital somalí no ha acabado.
Muse Sudi Yalahow aseguró que la alianza formada por señores de la guerra se está reagrupando y acusó a las milicias islámicas de mantener relaciones con la organización terrorista de Usama bin Laden. "La alianza continuará luchando hasta ganar la guerra contra el terrorismo. Derrocaremos a los terroristas relacionados con Al Qaeda", señaló Yalahow, en una entrevista telefónica. "Nunca entregaremos nuestras armas", añadió.
La situación en la que se encuentra la alianza y cuántas armas tiene no está clara, después de la derrota sufrida a principios de este mes. Muchos miembros de la ARPCT permanecen escondidos después de semanas de enfrentamientos que han dejado al menos 330 muertos. Se cree su líder, Mohamed Dheere, se encuentra en Etiopía buscando refuerzos.
Mogadiscio, con 1,2 millones de habitantes, es el epicentro de la anarquía que reina en Somalia desde hace 15 años, cuando colapsó su último Gobierno efectivo. La ONU colaboró en la puesta en marca de un Gobierno interino con unas conversaciones que comenzaron hace dos años, pero el Ejecutivo --que tiene su sede en Baidoa, a 250 kilómetros de la capital-- no ha podido llegar a Mogadiscio debido a la violencia, y no ha logrado dominar el país.
Estados Unidos ha venido apoyando a la Alianza laica, en un intento de que las milicias islámicas no se hagan con el poder. Pero hasta ahora sus planes han fracasado, y los Tribunales Islámicos cuentan con el control de la capital y del sur del país.
PROHIBIDO VER LA COPA
Mientras tanto, milicianos de los Tribunales Islámicos impidieron ayer que residentes de Mogadiscio vieran los partidos de la Copa Mundial de fútbol, cortando la luz de improvisados cines. Dos personas resultaron heridas mientras los militantes disolvían a la audiencia.
El vicepresidente de la Unión de Tribunales, el jeque Abdukakir Ali Omar dijo que era una manera de impedir "la corrupción de los niños en esta comunidad islámica". Una interpretación estricta del islam prohíbe con frecuencia ver televisión y películas occidentales.
Ayer, el líder de los Tribunales, el jeque Sharif Sheij Ahmed, aseguró que no pretendía imponer la sharia, a pesar de que en anteriores ocasiones había dicho que pretendía instaurar una República Islámica.
Sheij Ahmed también negó las acusaciones de Estados Unidos que aseguran que su organización protege a terroristas en el conflictivo y empobrecido país africano. "Las preocupaciones estadounidenses se basan en ideas equivocadas", aseguró el líder islámico, de 41 años. "Los tribunales islámicos no esconden a terroristas extranjeros", aseguró.
Sheij Ahmed se refirió después a su idea del futuro del país: "No queremos imponer la sharia. Aceptaremos las opiniones del pueblo somalí". El aumento del poder de los Tribunales Islámicos ha acaparado la atención de Estados Unidos, preocupado porque se hagan con el poder los radicales islámicos.
Somalia vive sumida en la anarquía, sin un Gobierno efectivo, desde que colapsara el régimen de Mohamed Siad Barre en 1991 y desembocara en un conflicto civil, que dejó al país dividido en manos de facciones y señores de la guerra en lucha por el poder.