COLOMBO 18 Sep. (EP/AP) -
Los cuerpos descuartizados de once hombres musulmanes fueron hallados hoy en una jungla remota del este de Sri Lanka, según informaron fuentes del Ejército ceilandés que culparon a los rebeldes tamiles de estos asesinatos.
Doce obreros estaban trabajando ayer domingo en las reparaciones del sistema de riego cuando fueron atacados, explicó el portavoz militar Prasad Samarasinghe, quien también reveló que uno de los trabajadores sobrevivió y está siendo atendido en un hospital.
Por otra parte, los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE) negaron cualquier responsabilidad en los hechos y atribuyeron el enfrentamiento a una disputa sobre los derechos del agua entre miembros de la etnia cingalesa, mayoría, y la minoría musulmana. Las mismas fuentes también informaron de que dos hombres implicados en el incidente seguían hoy desaparecidos.
Los musulmanes son la segunda minoría del país, por detrás de la mayoría cingalesa y la minoría tamil. Los Tigres Tamiles han acusado en repetidas ocasiones a los musulmanes de colaboracionismo con el Gobierno cingalés. Los rebeldes tamiles también rechazan las plantaciones musulmanas que supuestamente ocupan tierra tamil.
Un destacamento especial de la Policía rastrea la zona de los asesinatos, situada a unos 250 kilómetros de Colombo, en busca de actividad rebelde, informó Samarasinghe. Los musulmanes de la región han cerrado sus comercios para acudir a los funerales de los fallecidos.
Por otro lado, un soldado ceilandés murió y otro resultó herido en un ataque nocturno llevado a cabo presuntamente por el LTTE en la península de Jaffna, al noreste del país. Tropas gubernamentales intercambiaron fuego de pequeño calibre con los rebeldes en la región, recientemente conquistada por el Ejército, según informaron fuentes militares.
El Ejército ceilandés también atribuyó al LTTE el asesinato el pasado sábado de dos civiles de etnia tamil en el distrito de Trincomalee, al este del país. Los fallecidos, uno de ellos un niño, fueron acusados de proporcionar información a las tropas gubernamentales, según declararon testigos presenciales al Ejército.
Estas muertes tienen lugar en un momento de repunte de la violencia que podría acabar con el frágil alto el fuego que Gobierno y LTTE firmaron en 2002.
Hasta la declaración de alto el fuego murieron unas 65.000 personas, pero la cifra podría haber aumentado en varios centenares debido a la reanudación de las hostilidades en diciembre de 2005. La ONU reveló que el conflicto ha provocado 220.000 nuevos desplazados desde abril y el Ejército de Sri Lanka ha reconocido 400 bajas de julio a septiembre.