COLOMBO, 9 Mar. (EP/AP) -
El ministro de Exteriores de Sri Lanka, Mangala Samaraweera, viajará hoy a varios países europeos para discutir el proceso de paz de la isla, debido a la reanudación de la violencia que amenaza con acabar con la frágil tregua de cuatro años.
El ministro de exteriores visitará el Reino Unido, Francia, y Bélgica para discutir "temas bilaterales y por supuesto el proceso de paz", dijo el portavoz del Ministerio de Exteriores Himalee Arunathilake.
Samaraweera se reunirá con varios de sus homólogos, el británico Jack Straw, y el francés Phillippe Douste-Blazy y con la comisaria de las Relaciones Exteriores de la UE, Benita Ferrero-Waldner. También se verá con la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo.
El Reino Unido, Francia y la UE apoyan los esfuerzos de Sri Lanka de negociar el fin permanente de la guerra civil que sufrió la isla durante años hasta que fue frenada por un frágil acuerdo de paz promovido por Noruega en 2002.
El alto al fuego estuvo a punto de romperse el pasado mes, pero el Gobierno y los rebeldes llegaron a un acuerdo en Ginebra los días 22 y 23 de febrero para parar los ataques. A pesar del breve período de calma, la violencia se reanudó la semana pasada dejando tres muertos, y provocando que los encargados europeos de establecer la paz mostraran su miedo de que el país volviera a la a la guerra civil. Los rebeldes y el Gobierno han previsto otro encuentro para el 19 y 29 de abril.
El Gobierno ha culpado a los rebeldes de los ataques, pero éstos niegan su involucración en los mismos. Los Tigres Tamil pretenden crear un país independiente para la etnia minoritaria de los tamiles, que acusan a la mayoría cingalesa de discriminarles en los trabajos y en la educación. Las dos partes mantuvieron seis rondas de conversaciones de paz después de firmar el alto al fuego aunque estas conversaciones se rompieron en 2003.
Samaraweera se convirtió primer ministro en noviembre de 2005 después de que su predecesor, Lakshman Kadirgamar, fuera asesinado por un francotirador. El Gobierno acusá a los tamiles, pero estos rechazaron las acusaciones.
