Sudán.- EEUU anuncia que renovará las sanciones contra Sudán pero le ofrecerá incentivos si trabaja por la paz

Obama denuncia el "genocidio" que sigue llevándose a cabo en Darfur y pide que se implemente el Acuerdo de Paz Integral

Europa Press Internacional
Actualizado: lunes, 19 octubre 2009 19:43

NUEVA YORK, 19 Oct. (EUROPA PRESS) -

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció este lunes su nueva estrategia para tratar de solucionar la "grave y urgente situación" de Sudán, que incluye la renovación de las sanciones contra este país esta misma semana, pero también una serie de incentivos si el Gobierno trabaja por la paz y por el fin del genocidio en la región de Darfur.

Obama advirtió de que Sudán está "abocado a caer aún más en el caos si no se emprenden acciones rápidamente". "Si el Gobierno de Sudán actúa para mejorar la situación sobre el terreno y para promover la paz, habrá incentivos; si no lo hace, Estados Unidos y la comunidad internacional ejercerán más presión", afirmó en un comunicado.

"Esta semana renovaré mi declaración de Emergencia Nacional con respecto a Sudán, que mantendrá sanciones duras contra el Gobierno sudanés", adelantó, y recalcó que, dado que Estados Unidos y sus socios internacionales "cumplen su responsabilidad de actuar", Jartum "debe cumplir con su responsabilidad de dar pasos en una nueva dirección".

La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, insistió en esta idea al señalar que Estados Unidos tiene un "compromiso claro" con el Gobierno sudanés pero que pueden surgir "trabas" si éste no cumple sus promesas. "Tenemos un menú de incentivos y de trabas", dijo, sin dar más detalles.

GENOCIDIO

Clinton, que aseguró que en Darfur, en el oeste de Sudán, sigue llevándose a cabo un genocidio, indicó que Estados Unidos se centrará en proteger a los civiles, ayudar a las personas desplazadas por la violencia y asegurarse de que se desarma a las milicias.

Por su parte, el presidente declaró: "Debemos buscar el fin definitivo del conflicto, de los flagrantes abusos contra los Derechos Humanos y del genocidio de Darfur", que se ha "cobrado la vida de centenares de personas y ha provocado el desplazamiento de varios millones".

Obama recordó que "durante años, el pueblo de Sudán ha pasado por unos enormes y inaceptables apuros" y "merece un futuro que le permita vivir con una mayor dignidad y seguridad y con más oportunidades". Por ello, y aunque admitió que "no será fácil", instó a la comunidad internacional a "actuar urgentemente y con determinación" para intentar "garantizar un futuro mejor" a los sudaneses.

En este contexto, Obama señaló que, además de tratar de acabar con el conflicto, los abusos contra los Derechos Humanos y el genocidio, es necesario implementar el Acuerdo de Paz Integral alcanzado entre el Gobierno central de Sudán y los antiguos rebeldes de Sur de Sudán para "crear la posibilidad de una paz duradera".

"Estos dos objetivos deben perseguirse simultáneamente y con urgencia (...) con el compromiso de Estados Unidos y la participación activa de sus socios internacionales. Al mismo tiempo, trabajaremos duramente para garantizar que Sudán no sea un refugio seguro para terroristas internacionales", manifestó.

En el Gobierno estadounidense ha habido un fuerte debate interno sobre la política que debe aplicar a Sudán y, en concreto, sobre si se está llevando a cabo un genocidio en Darfur. Según Naciones Unidas, unas 300.000 personas han muerto y más de dos millones han tenido que abandonar sus hogares en esta región desde 2003, cuando un grupo de rebeldes se alzaron en armas contra el Gobierno. Éste cifra en unos 10.000 los fallecidos a causa de la violencia.

El enviado especial de Obama, Scott Gration, ha opinado que los problemas de Sudán sólo se pueden resolver con la cooperación del Gobierno del presidente Omar Hassan al Bashir, contra el cual el Tribunal Penal Internacional (TPI) emitió una orden de arresto por crímenes de guerra y contra la Humanidad.

Sin embargo, algunos grupos defensores de los Derechos Humanos han expresado su decepción por el hecho de que Washington no haya adoptado la postura dura frente a Sudán de la que hablaba Obama durante su campaña electora.

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