La ONU considera que es una "clara violación" de la Convención de Refugiados
MADRID, 8 Mar. (EUROPA PRESS) -
El primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak, ha defendido ante la Cámara de los Comunes la reforma migratoria planteada por su Gobierno, asegurando que frenar el flujo de pateras en el canal de la Mancha es una "prioridad" para la ciudadanía británica y que no supone ninguna violación del Derecho Internacional.
"Detener mis barcos no es sólo mi prioridad, también la prioridad de la gente", ha dicho Sunak, un día después de que su ministra del Interior, Suella Braverman, anunciase una controvertida iniciativa que agilizará las deportaciones de quienes lleguen de manera irregular y les impedirá pedir la nacionalidad en el futuro.
Este plan contempla también deportaciones a "terceros países seguros", por ejemplo Ruanda, con el que las autoridades de Reino Unido llegaron a un acuerdo para que se hiciesen cargo de los migrantes rechazados en suelo británico.
El líder del Partido Laborista, Keir Starmer, ha afeado a Sunak que intente arreglar con parches un sistema que está "roto" y ha criticado los retrasos que ya existen a día de hoy para resolver las peticiones de asilo.
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha advertido en un comunicado de que la medida que ha puesto sobre la mesa el Gobierno de Reino Unido "supondría una clara violación de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados", por lo que ha reclamado "soluciones políticas más humanas y prácticas" a los posibles desafíos.
Naciones Unidas teme castigos para quienes realmente necesitan protección internacional. "La mayoría de las personas que huyen de la guerra y la persecución simplemente no pueden acceder a los pasaportes y visados requeridos. No hay rutas seguras y 'legales' para ellos", ha lamentado la agencia.
El principal objetivo del Ejecutivo es frenar el flujo migratorio en el canal de la Mancha, al que se atribuyeron en 2022 más de 45.000 llegadas. Al menos 44 personas murieron en esta zona el año pasado, mientras que este año ya han perecido al menos 13, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
