BANGKOK 2 Oct. (EP/AP) -
Los Gobiernos asiáticos mostraron su preocupación por la situación del Gobierno tailandés y criticaron la presunta intención de los golpistas de mantener un papel de relevancia en la política hasta que se celebren elecciones en octubre de 2007.
La Junta militar que derrocó al primer ministro tailandés, Thaksin Shinawatra, en un golpe pacífico el 19 de septiembre, ha designado a Surayud Chulanont como jefe de Gobierno provisional.
La primera ministra de Nueva Zelanda, Helen Clark, expresó que su Gobierno tenía "una visión turbia" del golpe y que estaban "muy preocupados". "Pedimos a aquellos que han tomado el control del Gobierno de Tailandia que procedan sin demora a la restauración de la Constitución y que celebren elecciones justas y libres", dijo Clark. "Han sido reducidos derechos civiles y políticos muy básicos de libertad y expresión", añadió.
La Constitución provisional da poder a los golpistas para elegir al comité que escribirá la constitución permanente. Mantiene la ley marcial y restricciones impuestas a la libertad de expresión o reunión por el Ejército antes de tomar el poder.
Mientras, Japón está viendo el desarrollo de los acontecimientos con "seria preocupación", y exigió el establecimiento de una administración democrática, según fuentes de Exteriores que prefirieron conservar el anonimato.
China es el único país de la región que mostró su acuerdo con la situación. "China está feliz de ver la estabilización de la situación en Tailandia, y espera sinceramente que la sociedad tailandesa sea armoniosa y su economía, próspera", manifestó el Ministerio de Exteriores chino en un comunicado.
Por su parte, el portavoz del Gobierno de Camboya, Khieu Kanharith, afirmó "no acoger con agrado este asunto y desear una vuelta inmediata a la democracia sin derramamiento de sangre". "El Gobierno de Camboya está siguiendo con atención el desarrollo de la situación en Tailandia y espera que el proceso de elección de un primer ministro permanente se haga bajo principios democráticos", dijo.
Asimismo, el ministro de la Presidencia filipino, Eduardo Ermita, dijo que el Gobierno no tenía comentarios respecto al nuevo primer ministro. "Ese es un asunto de Tailandia, aunque deseamos que vuelva a la normalidad", indicó.
El embajador estadounidense, Ralph Boyce, fue hoy el primer diplomático extranjero en reunirse con Surayud. "Creo que es de sobra sabido que Estados Unidos exige un rápido retorno al Gobierno democrático y a la protección de las libertades civiles durante el Gobierno interino", dijo Boyce. "El primer ministro nos aseguró que este será el caso", añadió.