Los talibán y el mal tiempo impiden al Gobierno afgano restaurar la electricidad en Kabul

KABUL, 1 Feb. (Reuters/EP) -

La amenaza talibán y el mal tiempo registrado en el norte de Afganistán impiden reparar las torres del tendido eléctrico que fueron destruidas la semana pasada y que generan cortes eléctricos de hasta seis horas diarias en la capital, Kabul, según han informado las autoridades locales.

El director comercial de la compañía eléctrica nacional, Mirwais Alami, ha explicado que los equipos de reparación no han podido acercarse a las torres del tendido eléctrico afectadas debido a la amenaza de las minas antipersona y los grupos insurgentes.

Mientras tanto más instalaciones han sido dañadas. "Las fuerzas enemigas han utilizado radiales para cortar los tendidos eléctricos", ha dicho Alami.

El gobernador de la provincia afgana de Baghlan, Abdul Satar Barez, ha señalado que las operaciones para garantizar la seguridad de la zona y permitir a los equipos de reparación trabajar han sido suspendidas por el mal tiempo y la niebla. "Los talibán se encuentran todavía en el área, representan una amenaza y un peligro y no podemos lanzar nuestras operaciones por ahora. Esperaremos a que el tiempo amaine", ha afirmado.

La semana pasada, grupos insurgentes destruyeron una torre del tendido eléctrico en el distrito de Dand Shahabuddin, en la provincia de Baghlan, que transporta la energía desde Uzbekistán para abastecer a la mitad de la población de Kabul, con un consumo de 600 megavatios diarios.

No obstante, a pesar de las acusaciones, los talibán han negado tener nada que ver con los cortes en el tendido eléctrico y han explicado que dichas tácticas, que afectan a las personas de a pie, no casan con el 'modus operandi' que emplean contra el Gobierno afgano.

La destrucción de las torres eléctricas ha golpeado a los negocios e industria locales, añadiendo una mayor miseria a los ciudadanos de Kabul afectados por la serie de ataques suicidas registrados este año. Los cortes energéticos han afectado especialmente a las clases menos pudientes de la capital, que sin acceso a la red eléctrica pública ni a generadores privados, recurren a estufas de leña para combatir el frío invierno.