SIDNEY 2 Jun. (EUROPA PRESS) -
El primer ministro de Timor Oriental, Mari Alkatiri, rechazó hoy presentar su dimisión, como se reclama desde diversos sectores de la sociedad incluidos los soldados rebeldes que han sumido al país en una ola de violencia en los últimos días, a menos que sea su partido el que se lo pida.
En una entrevista concedida a la agencia australiana AAP, Alkatiri afirmó que la perspectiva de abandonar su cargo "no está sobre la mesa" mientras siga gozando del apoyo de su partido, el Fretilin, al tiempo que consideró que plegarse a las demandas de los que quieren que dimitan e intentan derrocarle pondría en peligro la emergente democracia en Timor Oriental.
Alkatiri, que pretende permanecer en su cargo al menos hasta las elecciones del próximo año, consideró que la actual crisis que atraviesa el país no es resultado de sus políticas, consideradas en muchos casos impopulares, sino de una conspiración en la sombra que desde hace cuatro años intenta derrocarle.
"Esta es una acción combinada de pequeños grupos internos y algunos ciudadanos de otros países", señaló el primer ministro, que consideró que se trata de una acción "muy bien planeada y muy bien llevada a la práctica". "Han decidido no esperar más y actuar y realmente hay alguien en la retaguardia pero no está claro quién es", añadió.
En este sentido, aseveró que son pocos los timorenses que quieren que abandone su puesto y que el complot en su contra cuenta con pocos partidarios. "Todavía son muy pasivos, no están reaccionando", afirmó, por lo que rechazó dimitir a menos que su partido se lo pida.
Timor Oriental vive sumido desde hace más de una semana en una ola de violencia, con enfrentamientos entre un grupo de soldados rebeldes, que fueron expulsados del Ejército por acudir a la huelga para reivindicar mejoras en su posición, y las fuerzas regulares y que han derivado en bandas callejeras armadas con machetes atacando casas y edificios públicos. Cerca de una treintena de personas han muerto en estos enfrentamientos, lo que empujó al Gobierno del presidente Xanana Gusmao a solicitar el envío de soldados a Australia, Nueva Zelanda, Malasia y Portugal.