LISBOA 24 May. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Patricia Ferro) -
El Gobierno de Timor Oriental pidió hoy el envío de fuerzas extranjeras a su territorio para poner fin a los enfrentamientos en las últimas semanas han venido protagonizando un grupo de soldados que fueron expulsados del Ejército y las fuerzas del orden, y que hasta la fecha han dejado varios muertos.
Tras el anuncio por parte de Australia y de Nueva Zelanda de que enviarán tropas a Timor, Portugal optó por sumarse y anunció que va a enviar un contingente de la Guardia Nacional Republicana (GNR) para ayudar a restaurar el orden público tras la sublevación de varios militares rebeldes que atacaron a las Fuerzas de Defensa de Timor (Falintil) en dos frentes y causaron tres muertos, además del "pánico" entre la población, según explicó el primer ministro timorense, Mari Alkatiri.
El primer ministro portugués, José Sócrates, aseguró hoy que Portugal va a enviar "en un breve plazo de tiempo" un contingente de la GNR --que no son militares-- para ayudar a Timor, cuyo presidente, Xanana Gusmao, pidió hoy ayuda "urgente" a Portugal, Australia, Nueva Zelanda y Malasia.
Está decisión parece que cuenta con el apoyo del presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, que hoy manifestó que está en contacto con el gobierno y que "Portugal es solidario con el pueblo de Timor y hará todo lo que esté en su mano para que se restablezca un clima de paz y tranquilidad".
Sin embargo el envío de policías --todavía no se sabe cuantos serán, pero podrían rondar los 150--, está siendo cuestionado por el Bloco de Esquerda (BE) que ha pedido que el ministro de Asuntos Exteriores, Diogo Freitas do Amaral, comparezca con carácter de urgencia en el Parlamento.
Desde hace días en las calles de Timor y en particular en las de la capital Dili la población vive bajo la ley del miedo y el pánico como consecuencia de los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y una serie de altos cargos militares que se rebelaron contra el gobierno. Estos militares rebeldes fueron expulsados del Ejército tras protagonizar una huelga.
Ayer martes, los seguidores del mayor Alfredo Reinaldo, ex comandante de la Policía Militar y uno de los tres generales amotinados --los otros son Alves "Tara" y Marcos Tilman-- atacarón a un grupo de militares desarmados en los alrededores de Dili, y realizarón un segundo ataque en la misma zona a otro grupo que se preparaba para instalar un puesto de vigilancia. En este último incidente murieron un militar, un policía y un amotinado, según informó el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Timor, Chris Santos.
Esta mañana fue atacado el cuartel de Fretilin --partido en el poder--, supuestamente por el mismo grupo de rebeldes. Sin embargo, poco después, el primer ministro de Timor aseguraba que la situación en la capital y en sus alrededores "está controlada", aunque reconoció que "la población todavía tiene miedo", y garantizó que los responsables de los ataques "serán capturados" y "con los que todavía no han usado la violencia vamos a mantener el clima del diálogo", señaló.
Mari Alkatiri no avanzó el número de "rebeldes" y de fuerzas de seguridad envueltos en los enfrentamientos de esta mañana, solamente indicó que "han sido usadas unas 10 armas automáticas". El jefe del gobierno aseguró que "las personas más activas están apoyando al Estado" pero que la población en general "todavía vive en un ambiente de miedo y pánico, lo que es más difícil de gestionar".
Por otro lado, el jefe de la diplomacia timorense, Jose Ramos Horta, explicó hoy que la petición de ayuda a Portugal y a Malasia es de carácter policial y no militar, como la realizada a Australia y Nueva Zelanda. El objetivo de la presencia de estas fuerzas internacionales "no es entrar en combate" sino estabilizar la situación, porque eso "permitirá al presidente, con el apoyo de la iglesia, iniciar negociaciones para solucionar esta crisis política y militar", apuntó.
El Gobierno australiano ya comenzó a retirar a todo el personal "no esencial" destacado en Timor, debido al agravamiento de la situación, y tiene dos barcos de guerra y una fuerza naval con 800 hombres preparados para entrar en Timor a petición de las autoridades del país o en caso de una petición directa por parte de Naciones Unidas. Además el ministro australiano de Exteriores ya manifestó que las fuerzas de su país podrían estar disponibles en un plazo de 24 horas. Lo mismo que el gobierno neocelandés, que no facilitó información sobre el volumen o la composición del contingente.
La ex colonia portuguesa se convirtió en un país independiente en 2002, después de 24 años de brutal ocupación indonesia y de una sangrienta represión que dejó miles de muertos tras el referéndum celebrado en agosto de 1999 sobre su independencia.