Timor.- Ramos Horta admite que el Gobierno "ha fallado miserablemente" y resposabiliza al primer ministro

Europa Press Internacional
Actualizado: martes, 30 mayo 2006 11:32

DILI 30 May. (EP/AP) -

El ministro de Exteriores timorense y premio Nobel de la Paz, Jose Ramos Horta, admitió hoy que el Gobierno "ha fallado miserablemente" a la hora de evitar que el país se viera sumido en el caso durante la última semana, tras los disturbios protagonizados por soldados rebeldes con las fuerzas del orden, que han obligado al envío de tropas extranjeras al país.

Ramos Horta responsabilizó al primer ministro, Mari Alkatiri, que se enfrenta a crecientes llamamientos para que renuncie mientras se enfrenta al segundo día de encuentros con su gabinete para resolver la crisis que ha afectado especialmente a la capital, Dili.

"En algunas zonas, especialmente a la hora de un diálogo político que incluya a todos, en resolver problemas según surgen, el Gobierno ha fallado miserablemente", declaró el ministro timorense a la cadena australiana Nine Network. "Y por eso, muchas personas están descontentas con el primer ministro y quieren que dimita", añadió.

Según Ramos Horta, el Gobierno podría decidir hoy mismo introducir algunos cambios en sus filas, "pero en lo que se refiere a una posible renuncia del primer ministro, no creo que se haya discutido o que ocurra hoy".

Entretanto, cientos de manifestantes se congregaron ante el palacio gubernamental para pedir la renuncia de Alkatiri. Mientras, en otros puntos de Dili, las turbas quemaron casas y saquearon oficinas gubernamentales además de atacar un almacén utilizado como centro de distribución de alimentos.

Los cooperantes humanitarios han expresado su frustración por la inseguridad reinante pese a la presencia de más de 1.300 soldados de Australia, Nueva Zelanda, Malasia y Portugal. La fuerzas australianas "son invisibles", lamentó el jefe de la ONG World Vision, Tim Costello, en declaraciones a la cadena australiana ABC, destacando que los soldados provistos con armas automáticas parecen incapaces de detener a las bandas callejeras armadas con machetes que siembran el terror en la capital.

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