BALI (INDONESIA), 17 (EP/AP)
El presidente indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono, y su homólogo timorense, Xanana Gusmao, coincidieron hoy tras reunirse en Bali en "mirar hacia adelante" pese al último informe de la ONU, en el que se detallan las atrocidades cometidas por Indonesia durante su ocupación del pequeño país. Según ambos mandatarios el informe no afectará a las relaciones entre ellos.
Gusmao no nombró el informe, pero aseguró que pretenden "vivir en paz" con su vecino. Los datos de estudio aseguran que al menos 102.000 timorenses fueron asesinados, secuestrados o fallecieron a causa del hambre y las enfermedades entre los años 1975 y 1999. Además se detallan casos de violencia sexual, uso de napalm y torturas practicadas por las fuerzas indonesias sobre la población de Timor.
El mandatario indonesio por su parte indicó que el informe, elaborado por expertos internacionales y locales que trabajan en el Comité para la Verdad y la Reconciliación de Timor del Este, es "un problema interno entre las Naciones Unidas y Timor Oriental". "En el futuro, se convertirá en una pieza de la historia en la relación entre los dos países", aseguró Yudhoyono.
Pese a los informes, los líderes timorenses han señalado repetidamente que es preferible construir buenas relaciones con Indonesia que perseguir a los responsables militares implicados en la violencia, algo que ha provocado la ira de los grupos de Derechos Humanos.
"Indonesia lleva encima la responsabilidad de una invasión ilegal y la ocupación de Timor Oriental", aseguró un activista de la Red de Acción para Timor e Indonesia. "En lugar de buscar el entierro del pasado, debería asegurarse de que aquellos responsables de crímenes contra la humanidad son llevados ante la justicia", pidió.
Indonesia invadió Timor Oriental en 1975 y administró esta ex colonia portuguesa hasta 1999, cuando la ONU organizó un plebiscito que se convirtió en un voto unánime por la independencia. antes de su retirada definitiva, las tropas indonesias dejaron más de 1.500 muertos en represalia, aunque, hasta el momento, ningún militar ha sido castigado por los crímenes cometidos.