MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
Tres miembros de la misión de la ONU en República Democrática del Congo (MONUSCO), un 'casco azul' y dos miembros de seguridad de Naciones Unidas, han muerto este martes en Butembo, Kivu del Norte, durante un ataque a la base de la organización.
"Los agresores arrebataron violentamente armas a miembros de la Policía Nacional congoleña y dispararon a bocajarro contra nuestras fuerzas de mantenimiento de la paz", ha dicho la organización en un comunicado, dando el pésame a familiares, amigos y conocidos de las víctimas.
Por su parte, en una rueda de prensa junto con el representante especial adjunto para operaciones y jefe de la misión en funciones de la ONU, Jassim Diagne, el portavoz del Gobierno de RDC, Patrick Muyaya, ha señalado que se tomarán medidas para restaurar la calma en el país, ya que "ninguna forma de violencia es aceptable".
Los resultados de los dos días de manifestaciones contra la presencia de la misión de la ONU en el país ascienden ya a quince muertos, ha agregado Muyaya, recalcando que se han iniciado ya investigaciones para aclarar lo sucedido, tal y como ha recogido Radio Okapi.
"En total, lamentamos desde ayer los cerca de 15 muertos, incluidos 12 civiles y 3 cascos azules, que fallecieron en Butembo. En Butembo, contamos 7 civiles. 61 heridos que se encuentran repartidos en varios hospitales de la provincia de Kivu del Norte", ha explicado.
Los manifestantes entraron por la fuerza en el edificio de la MONUSCO en Goma y destruyeron o robaron mobiliario antes de ser dispersados por las fuerzas de seguridad con gases lacrimógenos y disparos, según recogió DPA.
Las protestas se han producido después de que el presidente del Senado congolés, Modeste Bahati, pidiera el pasado 15 de julio a la MONUSCO que "haga las maletas" tras 22 años de una presencia en la que "no ha sido capaz de imponer la paz en el este del país".
La MONUSCO lleva más de 20 años apostada en el noreste del Congo, en un intento de apuntalar la paz en el país a pesar de la presencia de unos 130 grupos armados diferentes que se disputan el control de las vastas riquezas naturales de la RDC, que incluyen cobre, cobalto, oro y diamantes.
LA ONU CONDENA EL ASESINATO DE SUS "COLEGAS"
El viceportavoz de la Secretaría General de la ONU, Farhan Haq, ha subrayado que la organización suma su voz a la del jefe de la misión en funciones de la ONU en República Democrática del Congo, Jassim Diagne, para condenar "el asesinato de nuestros colegas y expresar nuestro más sentido pésame a sus familias y colegas".
"Diagne ha descrito la violencia contra la ONU como 'absolutamente inaceptable' y 'contraproducente', dado que la Misión está en el país para trabajar junto con las autoridades locales para proteger a los civiles, disuadir a los grupos armados y desarrollar la capacidad de las instituciones y servicios del Estado", ha declarado Haq en una rueda de prensa.
El portavoz adjunto ha detallado que cientos de asaltantes habrían vuelto a atacar las bases de la ONU en Goma, así como en otras partes de la provincia de Kivu del Norte, alimentados por comentarios hostiles y amenazas hechas por individuos y grupos contra la ONU, particularmente en las redes sociales.
"Las turbas arrojan piedras y cócteles molotov, irrumpen en bases, saquean y destrozan, e incendian instalaciones", ha asegurado Haq en un comunicado.
"La situación es muy volátil y se están movilizando refuerzos. Nuestras fuerzas de reacción rápida están en alerta máxima y se les ha aconsejado que ejerzan la máxima moderación, utilizando gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes y solo disparando tiros de advertencia cuando el personal o la propiedad de la ONU estén bajo ataque", ha agregado.
Por otra parte, el viceportavoz de la Secretaría General ha recordado que, "a lo largo de los años", la ONU se había planteado retirar las fuerzas de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas del Congo, aunque finalmente se han quedado porque consideran que la situación en el terreno "demasiado peligrosa para que consideremos irnos y poner en riesgo a tanta gente".
"Nuestra presencia ha brindado protección, pero no ha resuelto el problema, porque el problema es mucho más grande. Es un problema que afecta no solo al este del Congo, sino a la región en su conjunto, con diferentes grupos compitiendo por el control del territorio, el control de los recursos. Esto es algo que necesita una solución mucho más amplia, pero hemos estado haciendo todo lo posible", ha añadido Haq.
