El Tribunal Federal de Irak suspende temporalmente la candidatura de Hoshiar Zebari a la Presidencia del país

El exviceprimer ministro de Irak Hoshiar Zebari
El exviceprimer ministro de Irak Hoshiar Zebari - KHALIL DAWOOD / ZUMA PRESS / CONTACTO
Actualizado: domingo, 6 febrero 2022 18:04

MADRID, 6 Feb. (EUROPA PRESS) -

El Tribunal Federal de Irak ha anunciado la suspensión temporal de la candidatura del ex viceprimer ministro Hoshiar Zebari a la Presidencia del país, menos de 24 horas antes de que ocurra, en principio, la votación para elegir al jefe del Estado, ahora mismo en el aire tras esta sentencia y el boicot declarado en la víspera por el principal bloque parlamentario del país.

La corte ha adoptado la decisión después de recibir las quejas de varios diputados iraquíes y tras concluir que la candidatura de Zebari, investigado en el pasado por presunta corrupción, no cumplía los requisitos de "integridad y buena reputación" marcados por la Constitución de Irak.

En su primera respuesta, Zebari ha declarado su profundo "respeto" por la decisión, que achacó a las quejas de elementos contrarios a la ola de renovación que el candidato asegura abanderar.

"Ha sido una demanda presentada por algunos de los que se aferran a los días previos a la reforma", ha manifestado en una publicación en su página de Facebook, donde ha asegurado que cumple con todas las condiciones para defender su candidatura presidencial.

Zebari es el candidato presentado por el Partido Democrático del Kurdistán, que gobierna en la región semiautónoma iraquí, en cumplimiento del sistema político del país, donde se estipula que el presidente de la nación debe ser de etnia kurda, y su figura había sido puesta en duda por el que es ahora mismo gran hombre fuerte de la política iraquí, el clérigo Muqtada al Sadr, cuya formación se alzó con el mayor número de escaños en las elecciones de octubre.

Aunque el PDK y Al Sadr se encuentran en buenos términos, el clérigo -- que se aupó durante los comicios en una feroz campaña anticorrupción -- publicó el viernes un mensaje en el que condicionaba su respaldo a la candidatura de Zebari a que cumpliera "los requisitos necesarios".

Zebari se desempeñó como ministro de Finanzas iraquí desde 2014 a 2016 antes de ser destituido de su cargo tras una moción de censura parlamentaria secreta sobre presunta corrupción y malversación de fondos públicos. A pesar de que Zebari negó la acusación presentada contra él en ese momento, 158 diputados de los 249 presentes en la reunión votaron en su contra. Más tarde fue absuelto de los cargos.

El exministro competía en principio por el cargo con el candidato de la Unión Patriótica del Kurdistán y actual presidente del país, Barham Salí. La elección del presidente es un paso imprescindible para elegir al primer ministro de Irak.

Horas después de publicar el mensaje sobre Zebari, el clérigo rompía la baraja y anunciaba su intención de boicotear el proceso de elección presidencial y de suspender las conversaciones con el resto de partidos políticos para formar gobierno con la intención de impulsar la formación de un Ejecutivo basado en su mayoría parlamentaria -- y con el respaldo de suníes y kurdos -- en lugar de perseguir el habitual consenso de unidad que ha marcado los últimos años en la política iraquí.

De hecho, este mismo domingo, Al Sadr y el presidente del Partido Democrático del Kurdistán, Masud Barzani, han confirmado su intención de apostar por un gobierno de mayoría liderado por la formación del religioso.

Ambos líderes destacaron la creación de una "alianza estratégica cohesiva", con vistas a la "aceleración de un gobierno en mayoría para cumplir con sus deberes hacia el pueblo iraquí, satisfacer sus aspiraciones, preservar sus intereses superiores y consolidar los pilares de la estabilidad y la prosperidad", según un comunicado recogido por la agencia oficial de noticias iraquí, INA.

Al Sadr se niega categóricamente a permitir que los partidos chiíes respaldados por Irán, grandes derrotados de las elecciones legislativas de octubre, se incorporen al Ejecutivo iraquí, al menos con la influencia de años pasados. El mejor ejemplo de esta tensión es su rechazo a la presencia en el futuro gobierno de cualquier miembro de la coalición chií Estado de Derecho, que lidera el ex primer ministro Nuri al Maliki.

Si Al Sadr logra formar un gobierno mayoritario con sus aliados suníes y kurdos, la primera consecuencia sería que Al Maliki y Fatá -- el bloque político chií al que pertenecen las milicias de las Fuerzas de Movilización Popular proiraníes --, podrían pasar a la oposición, en lo que supondría un golpe dramático al 'statu quo' en el que ha vivido la política nacional del país en los últimos años, y entre amenazas de violencia si finalmente acaba ocurriendo tal escenario.

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