ESTAMBUL (TURQUIA), 11 (del corresponsal de EUROPA PRESS, Ildefonso González)
El ciudadano turco que secuestró ayer durante varias horas un avión que volaba entre Diyarkabir y Estambul aseguró que actuaba en apoyo al presidente de la región semiautónoma del Kurdistán iraquí, Massoud Barzani, según informó hoy el diario 'Sabah'.
"Llevo bombas en mi cinturón. Barzani es mi pariente y protesto por la operación de linchamiento iniciada contra mi pariente Barzani", habría señalado Mehmet Gokcin Gol en el interior del Boeing 737-800 de la aerolínea privada Pegasus Airlines. Sin embargo, lo único que llevaba consigo el secuestrador era un ejemplar del Corán, que leyó en varios momentos del vuelo, y un teléfono móvil con el que dijo que activaría su supuesta bomba si el aparato no era desviado a Teherán.
Barzani amenazó la semana pasada, en una entrevista a la cadena de televisión 'Al Arabiya', con "crear el caos en Diyarkabir y otras ciudades del sureste de Turquía" si Ankara seguía entrometiéndose en sus asuntos. Acto seguido, el Gobierno turco informó de la situación a Estados Unidos y advirtió a Barzani de que los kurdos iraquíes pagarían un "precio muy alto" por este tipo de declaraciones.
Por su parte, las autoridades turcas han descartado cualquier motivación política en el intento de secuestro. 'Un hombre normal no haría una cosa así (...). Nuestro único consuelo es que el incidente ha terminado sin ningún herido', dijo el ministro de Transportes, Binali Yildirim, a la cadena de televisión CNN Turk. El secuestrador está siendo interrogado en dependencias del Departamento de Lucha contra el Terrorismo en Ankara. "No está claro todavía si hay alguna conexión entre Gokcin Gol y el PKK", apuntó el ministro del Interior, Abdulkadir Aksu.
Los calificativos que la prensa turca de hoy otorgó a Gokcin Gol van de "drogadicto" a "esquizofrénico" y, salvo el 'Sabah', ningún medio se ha atrevido a vincularle directamente con el ilegal Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). Asimismo, los rotativos coinciden en que secuestró el avión bajo el efecto de algún estupefaciente y que se entregó a la Policía tras una hora y media de negociaciones.
DIEZ AÑOS DE CÁRCEL El secuestrador, de 39 años, es natural de Diyarkabir, una provincia del este de Turquía de mayoría kurda, y tiene antecedentes por varios delitos como tráfico de drogas, peleas y posesión ilegal de armas. Ahora, la Justicia podría condenarle a una pena de hasta diez años de cárcel.
El avión terminó aterrizando en el aeropuerto internacional de Esenboga, en Ankara. Ninguno de los 178 pasajeros, entre los que había tres bebés, así como los seis miembros de la tripulación, sufrió heridas, aunque una persona se sintió mal por todo lo sucedido y tuvo que ser atendida por los médicos.
Se trata del segundo secuestro de un avión turco en los últimos seis meses. El pasado octubre, otro ciudadano turco tomó un avión de pasajeros cuando sobrevolaba espacio aéreo griego y demandó que aterrizase en Italia, donde pretendía pedir asilo político para evitar cumplir el servicio militar en su país.